S. Matorras, S. V. Morandi, G. Severini y L. Venerus

Jorge Julio López no desapareció dos veces, según Nilda Eloy, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, sino cuatro: en dictadura, en democracia, en el expediente judicial y, por último, en los medios de comunicación, donde su desaparición ha sido tratada como una noticia policial, no política, que obtiene su pico de repercusión cada aniversario.

Según Werner Pertot, autor junto a Luciana Rosende del libro “Los días sin López. El testigo desaparecido en democracia“, el caso fue tomado en los medios como un policial más, sin prestar atención a sus particularidades. “No se tuvo en cuenta que la desaparición de un testigo en un juicio a los represores no es casual”, dice el periodista de Página/12, diario que realizó unas 400 notas sobre la causa.

Los dos principales diarios del país dedicaron menos espacio a la desaparición de López, ocurrida en 2006, que a casos como el femicidio de Ángeles Rawson, en 2013. En estos diez años, La Nación publicó unas 200 notas sobre López y unas 400 sobre Rawson. En Clarín, mientras el caso de la adolescente asesinada fue tapa toda la semana posterior al crimen, el del albañil estuvo en la portada sólo dos veces durante la semana en la que desapareció.

Las coberturas del caso López y el de Rawson no son comparables, según Claudio Savoia, editor de Política y Judiciales de Clarín. “López es un militante y Ángeles, una nena que cualquiera podría identificar con su hija”, dice el periodista. “Son condimentos sociales diferentes que movilizan en formas distintas y generan más o menos interés en la población. Hoy en día, en el ranking de noticias no están primeros los temas de política, sino los de espectáculos o policiales con contenido sexual”.

Siempre que nos han traído algo que parezca una noticia, lo publicamos”, dice María José Lucesole, corresponsal de La Nación en La Plata. “Tenemos infinidad de notas publicadas, pero el problema es que se complica recordar todo el tiempo una causa que no tiene movimiento”. Y los medios, según Ricardo Fioravanti, jefe de redacción de Crónica, “reflejan el avance de la justicia”. En el mismo sentido, Ariel Cohen, jefe de redacción del diario Perfil, que publicó unas cien notas sobre el caso, asegura que siempre fue difícil acceder a materiales nuevos para darle continuidad al tratamiento del tema.

EN DEBATE 

Creo que hay complicidad absoluta de todas las voces hegemónicas en no darle importancia al caso López”, dice Ingrid Beck, directora de la revista Barcelona, que en cada número desde la desaparición publicó notas sobre el olvido de López. “Pero no creo que haya una decisión editorial de no publicar nada sobre el caso, sino que simplemente no está en la agenda y, entonces, se olvida”, opina.

El problema es que la justicia en los últimos años no avanzó absolutamente en nada y, al no avanzar, no se generaron nuevas noticias”, dice Lucesole. “Incluso las veces que el tema volvió a la agenda de los medios fue porque los periodistas conseguían alguna pista o algún testigo, porque no hubo respuesta de la justicia ni de la política”, comenta Savoia. “Los medios no siguieron el tema porque era imposible acusar a alguien sin pruebas, nadie quiere chicanear con la desaparición de una persona”, agrega Cohen.

Según los periodistas, la sociedad tampoco se interesó en el caso. “Seguramente hay gente que lo sigue, pero si ya no hay forma de entrarle desde la redacción, ya no queda qué más escribir”, afirma Cohen. Es por eso que diez años después las notas son sólo conmemorativas. “Los aniversarios sirven para recordar que ningún gobierno se ocupó del caso, que ninguno de los tres poderes hizo nada”, dice Pertot. “En los aniversarios hay mucha actividad, pero al día siguiente la gente se olvida del tema”.

Hace dos años que La Nación dejó de publicar un recordatorio cada aniversario. El diario tomó la decisión de no repetir casi siempre lo mismo y publicar notas del caso sólo cuando hubiera novedades. “Es una gran deuda no poder avanzar con este caso”, dice Lucesole acerca de la responsabilidad del periodismo en investigar un hecho de estas características. Sin embargo, según Beck, “desde el periodismo siempre se puede hacer algo más”.