Por F. Pagano y C. Vázquez
En su primer día como el nuevo “Señor 5” –como se llama al máximo responsable de la Dirección General de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI)-, Gustavo Arribas tuvo una reunión privada con Oscar Parrilli, su antecesor. Este le entregó en mano una carpeta con información confidencial que Arribas debía firmar en conformidad con lo recibido. Pero el nuevo jefe de los espías, tal vez por su amplia experiencia como escribano y la cantidad de contratos que tiene en su haber, tuvo una exigencia: “Yo firmo el documento, pero necesito que se deje por escrito que presto conformidad para recibir esta carpeta, pero no sobre su contenido”. Al no poder revisar él mismo en el momento los documentos, optó por una precaución que parece una constante en toda su carrera tanto empresarial como en su reciente aproximación a la política de la mano del Presidente Macri.
Arribas fue una elección inesperada por parte de Macri, quien le ofreció la dirección de la AFI a pesar de que él mismo admitiera carecer de experiencia. Hasta entonces, el empresario, de 58 años, era conocido por sus negocios futbolísticos y las investigaciones judiciales que generaron. Sin embargo, su relación con el Presidente se remonta a principios de la década del ’80, cuando Macri organizó una gira por Estados Unidos de ex alumnos del colegio Cardenal Newman para jugar al fútbol, un factor que los volvería a unir en los ’90, con Macri como presidente de Boca.
Pablo Clusellas, compañero de Macri y actual secretario de Legal y Técnica, fue quien invitó a un “petiso bastante morocho que juega muy bien” con quien cursaba la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Esta casualidad serviría como cimiento para esa relación con pocos límites entre lo profesional y lo amistoso que tienen Macri y Arribas.
En 1995 el presidente de Boca le ofreció al empresario un puesto para revisar y elaborar los contratos en las transferencias de los jugadores. Veinte años más tarde, ya no presidente de un club de fútbol sino de la Nación, Macri volvió a hacerle una oferta. El 22 de noviembre de 2015, el día de las elecciones presidenciales, Arribas voló a Buenos Aires para “apoyar a Mauricio” y no perderse la oportunidad de votar. Ese día fue invitado por el flamante Presidente a su quinta Los Abrojos para jugar un partido de paddle.
Las duplas estuvieron conformadas por el relacionista público Hernán Nisenbaum y Macri, contra el actor Martín Seefeld y Arribas. Su pareja de paddle lo describió ante Publicable como “una persona fenomenal, un tipo honesto”. Por otro lado, sobre la vinculación del nuevo “Señor 5” con el caso Odebrecht, en el que se lo acusa de recibir coimas de la constructora brasileña, Seefeld dijo: “Él no tiene nada que ver con esa causa. Y no lo digo porque yo lo conozca, es porque lo demostró ante la Justicia. Pongo las manos en el fuego por Arribas”.
El día de las elecciones Arribas no recibió ninguna propuesta concreta por parte de Macri. Sospechaba que le ofrecería la administración del programa Fútbol Para Todos, dada su amplia trayectoria en negocios futbolísticos, pero cuando tres días después, en el festejo de sus 56 años, recibió una llamada del primer mandatario, se sorprendió como más tarde lo harían sus allegados, los medios y otros políticos. “Es de público conocimiento que no poseo antecedentes en inteligencia”, declaró Arribas cuando asumió su cargo. Pero lo que le falta en experiencia le sobra en la confianza que le tiene el Presidente.