Por G. Mendiluce, R. Montiel, T. Gabella y J. I. Glade
Bajo perfil y muy poca salida en cámara. En lugar de ser el foco de atención de los medios, prefiere adquirirlos: dueño de C5N, Radio 10 y varias emisoras locales en Chubut, Cristóbal López es considerado como uno de los “nuevos dueños de la Argentina”. Al igual que el empresario Lázaro Báez, es otro de los apadrinados por la familia Kirchner denunciado legalmente, acusado de evasión tributaria agravada: se estima que se apropió de 60 millones de pesos. Si bien no es Alfredo Yabrán, López se asemeja en muchos aspectos al ex empresario menemista: tanto por su pánico escénico, como por sus capacidad para los diversas actividades que propone el mundo empresarial.
Nacido en 1956 y criado en Rada Tilly, localidad de Comodoro Rivadavia, López se inició en el mundo de los negocios transportando y vendiendo alimentos en una camioneta que le regaló su padre durante su adolescencia. A pesar de tener una lista interminable de emprendimientos y firmas, poco se conoce de su vida personal, sólo es de público conocimiento que contrajo matrimonio con Muriel Sosa y que es padre de dos varones.
En 1990 adquirió su primera empresa: la representante de Scania en la Patagonia, Fiadar SA, que al año siguiente bautizó como Clear SR. Esta firma se encargó durante dos años de controlar el casino de la ciudad, y posteriormente se apropió de todas las salas de juego de Cerro Negro, en la provincia de Chubut. Pero López decidió no detenerse en el marco local.
En 2001, creó y se convirtió en el jefe del “Grupo Indalo”. Desde esa época construyó su fortuna a base del juego, negocios petroleros, empresas de obra pública, manejo de medios audiovisuales, hoteles y bancos.
Conocido como “el zar del juego”, su firma Casino Club S.A maneja 30 salas de ruletas y máquinas tragamonedas en toda la Argentina. Esta actividad le brinda a López alrededor de 5.500 millones de pesos anuales, según informó Jorge Lanata en su programa “Periodismo para todos”, dónde se realizó la primera denuncia pública contra el Zar. Sus concesiones de casinos, que arrancaron en Chubut, se extendieron a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Casino Puerto Madero, Hipódromo de Palermo), y otras hasta Miami, en los Estados Unidos.
El empresario generó gran parte de su dinero durante los años de gobierno kirchnerista. En 1998, López estaba muy cerca de perder la compañía “Almería Austral S.A”, la única perforadora petrolera Argentina del momento. En ese entonces, Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz y le brindó ayuda económica para salvarla. Cristóbal le retribuyó de la misma manera: los fondos gananciales fueron utilizados para la campaña electoral de Kirchner en su tercer período como gobernador. La relación se afianzó cuando Cristina Fernández fue elegida como jefa de Estado, y automáticamente López quedó incluido en el círculo de confianza de la familia presidencial.
Sumado a su inteligencia para el comercio y la administración de empresas, López se caracteriza por su facilidad en generar vínculos con figuras de altos estatus sociales. Tanto en el marco político, por su relación con los K, y en el espectáculo por su romance con la modelo Ingrid Grudke.
Aún cuando parece tener fobia a ser el centro de atención mediática, Cristóbal López no deja de ser un personaje atractivo para la cámara: su pasado rebosa de firmas y empresas. Su presente está protagonizado por su riqueza y manchado por varias causas judiciales. ¿Su futuro? Hoy, parece depender del azar.