Por T. Beer y J. Romano
YouTube, la plataforma para subir videos, tienta a los adolescentes a crear contenidos propios para una audiencia que ni saben que tienen. Así, se terminó generando una excesiva oferta en el mundo digital.
Según los administradores de YouTube, la plataforma tiene más de mil millones de usuarios (casi un tercio de todas las personas conectadas a Internet) y cada día, estos usuarios miran miles de millones de horas de contenido. Los youtubers, protagonistas de los videos, abundan.
Agustín Nicotra, o como es conocido en YouTube, Urigus, tiene 17 años y hace siete crea videos. Con más de 9 mil suscriptores y casi 500 mil visualizaciones en total, contó cómo empezó: “Miraba los videos de Kevo o Alfredito y, a mis 10 años, pensé que tenía que imitarlos”.
Los videos se hacen por pasatiempo o bien por profesión, los más seguidos generan sumas enormes. Asimismo, los canales que obtienen ingresos anuales de seis cifras en YouTube aumentan un 50% por año.
El youtuber con más suscriptores es PewDiePie, con 57,6 millones, y gana 8,1 millones de dólares al año. “Desde los 500 suscriptores se llama la atención de las empresas, pero se gana muy poco. Para vivir de videos se necesitan cientos de miles o al menos 80 mil”, explicó Nicotra.
En búsqueda de una audiencia, ciertos canales intentan a toda costa aumentar seguidores. Urigus comentó que no hay un método específico, aunque sirve mejorar los títulos o las miniaturas de los videos. Pero también se habla sobre las tendencias, se hacen sorteos o se utilizan bots (cuentas falsas) para generar más visitas, aunque a él le parece “vacío” basarse en números.
Urigus tiene más de 9 mil suscriptores y casi 500 mil visualizaciones. Pero un youtuber no es necesariamente un adolescente. Según Nicotra, un adulto enseñando a coser en un video o que muestra el crecimiento de su hijo, también lo es. “Es una palabra bastante compleja y amplia”, comentó.
YouTube, tanto en general como sólo en su versión móvil, llega a más personas de 18 a 49 años que cualquier proveedor de televisión por cable de Estados Unidos y se plantea la incógnita de si la plataforma podrá reemplazar a la televisión.
Ya se había debatido si lo virtual arrasaría a lo físico. Si, por ejemplo, los libros serían reemplazados por los e-books y las descargas ilegales en internet, pero, según una encuesta de la UADE, en mayo de este año 4 de cada 10 argentinos leyó un libro en los 12 meses anteriores y sólo un 7% lo hizo en formato digital.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que la televisión sea reemplazada o minimizada. “Ya está pasando, debido a que la televisión muchas veces no es honesta”, opinó Nicotra.
La nueva cultura de redes sociales desconcierta, pero es creciente. Día a día se crean nuevas cuentas de Instagram, Twitter, Facebook y YouTube, que instalan cada vez más en la sociedad el mundo digital y suman contenido, quizás inspirado por un influencer.