VALENTIN CHAB


“Pionero”, “leyenda”. Hay un sinfín de calificativos que describen sin exagerar a Charles Chaplin. Surgido desde el submundo ingrato del vodevil, Chaplin protagonizó las más consagradas producciones de Hollywood en donde hoy, según el American Film Institute, tres de las 100 mejores películas de la historia le pertenecen (incluyendo a “City Lights” como la mejor comedia romántica). Dejó una marca indeleble en la historia del séptimo arte y fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes genios del siglo XX, que marcó un rumbo inequívoco con su visión artística, social y política.

¿Cómo empezar a definir a un hombre tan inmenso y multifacético, cuya influencia trasciende disciplinas y marcó el rumbo del la cinematografía y el humor del siglo XX? Se lo puede describir y explicar de mil maneras, todas igual de válidas. Pero probablemente el adjetivo que mejor le calce, consagrado como una de las figuras más reconocidas y a la vez más reconocibles, sea “icónico”.

Se trata de un actor que, a más de 100 años del estreno de su primera película, sigue siendo la imagen más clásica y atemporal del humorista. El traje negro, el bombín, el bastón y el bigote pintado son identificables incluso para aquellos que nunca disfrutaron una de sus películas, como una herencia semiótica codificada en el ADN de nuestra cultura. Pero no es solo eso, es igualmente identificable su andar torpe, su mirada cálida, su patentado lapstick que, si bien fue popularizado por humoristas como Buster Keaton y Harold Lloyld, fue llevado al mayor grado de perfección en su filmografía, mayoritariamente muda. Es la imagen encantadora del vagabundo digno, el obrero de clase media olvidado, degradado a vivir en la calle de traje, sombrero y zapatos mientras su cena es una bota.

Se trata de un actor que, a más de 100 años del estreno de su primera película, sigue siendo la imagen más clásica y atemporal del humorista.

Su ascenso a la fama fue casi predestinado. Nació el 16 de abril de 1889 en Londres, hijo de un matrimonio de artistas. Debutó en el escenario a los 5 años cuando su madre no pudo actuar una noche, y nunca se detuvo. A los 18 años, viajó a Estados Unidos como parte de una compañía de actores en un circuito de teatros que sería el hervidero de futuras leyendas del humor como Stan Laurel y los Hermanos Marx, con quienes compartió escenarios y hoteles. A los 24 años, en 1913, firmó su primer contrato cinematográfico, y durante los siguientes años actuó y dirigió más de 70 películas, hasta que en 1917 fundó su propio estudio, Chaplin Studios, y en 1919, junto con el actor Douglas Firbanks, la actriz Mary Pickford y el director D.W. Griffith, creó la revolucionaria compañía de distribución United Artists. El proyecto estaba destinado a que artistas del ambiente del cine pudieran financiar y controlar sus propios proyectos sin depender de uno de los grandes estudios comerciales.

TRES CASAMIENTOS Y 11 HIJOS

Se casó reiteradas veces, algo poco habitual para la época. Contrajo matrimonio con Mildred Harris, cuando creyeron erróneamente que estaba embarazada y para evitar la controversia de ser padres fuera del matrimonio. Chaplin nunca ue feliz con ella: se quejaba de que limitaba su creatividad y, cuando Mildred verdaderamente quedó embarazada, dio a luz a un hijo con malformaciones congénitas que falleció tres días después de su nacimiento, suceso traumático que se cree que influenció fuertemente en la creación del personaje del vagabundo. Sin embargo, Chaplin se casó tres veces más, en 1924 con Lita Grey, en 1936 con Paulette Goddard, y con Oona O’Neil en 1943, y tuvo 11 hijos en total.

Fue, además, una figura pública muy controversial y atípica. Sufrió la persecución del gobierno norteamericano y el FBI por considerar que sus películas difundían ideología comunista y, durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de vivir en Estados Unidos, apoyó abiertamente a Rusia. Parodió a Adolf Hitler en su aclamada película “El gran dictador”, en la que se dio el lujo de hablar por primera vez para dar uno de los monólogos más memorables, brillantes e iluminados de la historia de la cinematografía. Incluso cuando llegó a ser millonario, vivió una vida modesta y sin lujos.

Sufrió la persecución del gobierno norteamericano y el FBI por considerar que sus películas difundían ideología comunista.

El 25 de diciembre de 1977, hace 40 años en su casa en Suecia, Charles Chaplin pasó a la inmortalidad, a ocupar su lugar en el firmamento de la historia del cine. Se trata posiblemente de la estrella más brillante y más fácilmente reconocible, un ícono atemporal y eterno que abrió caminos y modificó irrevocablemente el destino del arte.