M. Nocetti, J. Gutiérrez Soto y C. Ramos


-¿Cómo recuerda a su padre cada nuevo aniversario de su muerte?

-Me acuerdo sobre todo que murió en Navidad, y él la odiaba. Eso era una especie de triunfo para él. Yo estaba trabajando, pero todos los nietos estaban en casa, mamá bajó y dijo “el abuelo se murió”. Y los nietos dijeron “¿eso quiere decir que no podemos abrir los regalos?”. Entonces pusieron en el garage todos los regalos e hicieron como si no se hubiera muerto. La preocupación más grande de ese día no era que se había muerto el abuelo: “¡¿Y los regalos?!”.

-¿Cada Navidad se convirtió en un día para recordarlo?

-Yo utilicé la muerte de mi papá durante muchos años para no celebrar Navidad, porque también la odio. Este año nos vamos a juntar toda la familia porque después de 40 años ya no puedo seguir usando esa excusa. Es una fecha más.

"Yo utilicé la muerte de mi papá durante muchos años para no celebrar Navidad, porque también la odio".

-¿Considera que en su momento Hollywood le dio la espalda a tu padre?

-Yo creo que era la política más que Hollywood. Él no fue tan víctima como otros, pero sí. No le dieron la espalda, siguieron la política del momento.

-¿Cómo fue su vínculo con su padre? ¿Cómo era él en el hogar?

-Él era muy victoriano, muy antiguo, muy estricto. La relación fue buena durante toda la infancia y mala durante mi adolescencia. Después, nos reconciliamos hasta su muerte.

-Usted declaró en varias oportunidades que fue más sano pelearse con su padre de niña, y no de adulta. ¿Por qué?

-Porque esa pelea fue a causa de cosas que son de niña. Yo cuando tenía 14 años me quería maquillar y mi padre me decía “anda a lavarte la cara”. O si me interesaba un chico se ponía furioso. Esas eran cosas de viejo victoriano. Con mis hermanos no era así, ellos se libraron, pero con las mujeres sí.

-¿Su padre tenía favoritismo por alguno de sus hijos?

-Mis padres fueron tan buenos… Una vez me acuerdo que hubo una discusión sobre quién era el favorito. Yo estaba convencida de serlo. Pero todos decían lo mismo: “No, yo soy el favorito”. Esos son buenos padres: los que tienen predilección por un lado o para otro.

-Cuando ve el rostro de Charlot, ¿reconoce a su padre?

-No, a mi padre nunca lo conocí con pelo negro ni de joven. Lo conocí cuando era un gordito con pelo blanco, muy guapo. Sabía que ese era mi papá, pero no lo reconocía. El hombre que era mi papá no era el mismo ni se parecía a ese personaje.

-¿Piensa que la película “Un Rey en Nueva York” fue una respuesta a EE.UU.?

-Claro, era una crítica. A mí me gusta mucho esa película. Es evidentemente un ataque feroz a EE.UU. Feroz pero cariñoso, porque EE.UU. le dio todo.

-¿Qué sintió su padre cuando la Academia le hizo un homenaje y pudo volver a EE.UU.?

-Yo no fui porque estaba en contra de que él fuera. Hice todo lo posible para que no fuera. Lo trataron tan mal, y ahora él iba… ¡No, que no vaya más! Pero le vino tan bien… Fue porque había dos chicos que compraron los derechos de sus películas y él quería ir para ayudarlos en la publicidad. Y la verdad es que hizo muy bien, porque lo emocionó mucho, le dio más tiempo de vida y le hizo muy bien para el ego.

-¿Le quedó algún sueño por cumplir?

-Sí, hay una película que se llama “The Freaks” que él quería filmar y no pudo porque la iba a hacer con mi hermana y ella se fue. Él siempre tenía ideas de hacer otras películas.

-¿Llegó a tener una especie de relación amor-odio con Charlot? Porque siempre que intentó hacer algo fuera de ese personaje no le fue tan bien. 

-Yo creo que no. Él a Charlot lo llamaba “The little man”. Siempre hablaba de sus personajes en tercera persona. Siempre “él”, nunca “yo”. A Charlot lo dejó cuando vino el cine sonoro. En “Tiempos Modernos” habló y cantó, pero luego ya no, cambió de personaje.

-¿Siente que tener el apellido Chaplin le abrió algunas puertas al inicio de su carrera?

-Sí, todas, y todavía me abre. Toda mi vida, y espero que siempre.

"Estoy orgullosa de mi apellido. Soy hija de Carlitos y lo seré toda la vida".

-¿Está orgullosa de llevar su apellido?

-Sí, claro. Soy la hija de Carlitos y lo seré toda mi vida.