Por Milagros Torres
El collage es una técnica artística que consiste en superponer diversos elementos en un espacio plano para lograr una composición unificada y diferente. Por lo general, utiliza materiales como fotografías, revistas, papeles, diarios, telas y pintura, pero las posibilidades son infinitas.
Con origen en el hemisferio oriental, el collage es considerado una práctica artística recién a principios del siglo XX, cuando se dan a conocer las primeras y más famosas composiciones creadas por los máximos exponentes del cubismo: Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris. Es uno de los grandes aportes del movimiento al arte de vanguardia.
Esta técnica se extiende hasta la actualidad. Es en las redes sociales donde los artistas contemporáneos eligen mostrar sus trabajos. Instagram, por ejemplo, es la tercera red social con mayor crecimiento en el mundo y, gracias a ella, personas de todos los países con un hobby, trabajo o pasión en común se encuentran y comparten ideas y experiencias.
“Funciona como una especie de terapia”, afirma Jésica (@jesca_collage), que empezó dibujando en papel. “Un día estaba jugando con revistas, decidí cortar algunas y se me ocurrió intervenirlas manualmente con un dibujo. Cuando terminé, me di cuenta de que había llegado a un resultado bastante interesante y, buscando en Internet, descubrí que había muchas personas que hacían lo mismo”, cuenta. Fue entonces cuando conoció a artistas de otros países a los que enseguida tomó como referentes. Una parte de lo que hace tiene de hecho que ver, según afirma, con la inspiración que obtiene del trabajo de otros.
Uno de los máximos exponentes de esta técnica en Argentina es Ignacio Rivas (@ignaciorivasart), que da talleres de collage en Palermo. Lara Lars (@_lara_lars_) también ganó reconocimiento en España por representar el empoderamiento de la mujer a través de esta práctica. Y es que, como toda expresión artística, tiene su lugar para reclamar y exponer ideales. Quizá sea por eso que, actualmente, la mayoría de las personas que utilizan esta técnica son mujeres. En el caso de Jésica, la aprovecha para, entre otras cosas, manifestarse a favor de la legalización del aborto y en defensa de la educación pública. “También hay mucho material en apoyo al colectivo LGBTIQ+ y, sobre todo, de contenido político”, cuenta.
Pero a pesar de que es una actividad libre, hay ciertas pautas que se conocen a medida que se va profundizando en el tema. “Cuando empezás a instruirte, podés aprender la técnica desde el concepto de las artes plásticas, la teoría del color… Generalmente hay una regla de composición, pero también depende mucho de cada artista. Para mí, lo elemental es que haya una narrativa y un trasfondo, además de lo estético”, explica Doros (@doros21), de Colombia, quien además de dar talleres es psicólogo y entiende el collage como una “herramienta de expresión”. Doros asegura: “Poder articular ideas por medio de una pieza gráfica que nace de tus manos es algo muy personal porque te vas dando cuenta de que, al ser un arte tan fragmentario, en los recortes te ves reflejado tú mismo”.
Ahora bien, existen tres tipos de collage: el analógico, el digital y el que fusiona ambos. A pesar de que Doros emplea los tres, prefiere el tipo analógico: “Por un lado, te obliga a ser mucho más creativo, a usar diferentes tipos de papel y de métodos porque son los únicos recursos que tenés y solo queda encontrar la forma de plasmar tu idea; la relación entre el objeto y la persona es mucho más cercana al ser un proceso manual que frente a una pantalla”, justifica.Jésica relata en cambio que, usualmente, el resultado que la conforma es una mezcla de ambos: “Tengo una caja llena de recortes de la que voy seleccionando imágenes y alternándolas hasta que encuentro las que pueden funcionar, las pego y empiezo a intervenirlas manualmente. Muchas veces escaneo y edito digitalmente esa creación, hasta llegar a una que me guste un poco más, que me deje conforme”.
También existe la posibilidad de realizar un collage entre dos o más personas aun estando a la distancia. El collab es una composición en colaboración y se utiliza en las redes sociales para dar a conocer el trabajo del otro. Incluso hay cuentas de Instagram dedicadas exclusivamente a la difusión de obras y collagistas de la ciudad o país que se abarque. Es un intento por crear una colectividad de artistas, motivar a otros y encontrar a gente comprometida con lo que hace.
Los lugares donde la práctica de esta técnica se encuentra más activa son España, Estados Unidos, Alemania y, en menor medida, Francia, Brasil y Argentina.