Por Florencia Foenquinos
Se nota que lleva la militancia política como una filosofía de vida. Román Tambini, periodista y decano de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), es un hombre con ideas claras. Tiene 58 años y milita hace 36 en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Es, además, uno de los fundadores del Frente Universitario Nacional y Popular (FUNAP), que es de base filoperonista. Y forma parte de la organización Convergencia Ciudadana en el partido de Lanús. “Creo que la vida es una militancia: el pastor milita en su iglesia evangélica y el maestro, en su escuela. Todos, de alguna manera, militamos cuando estamos involucrados en alguna organización. Somos seres humanos, somos subjetivos”, afirma.
–El gobierno cambió de empresa para el recuento de votos de las elecciones de este año. Más allá de la importancia, el tema no tuvo la difusión necesaria como para que la ciudadanía tome alguna postura….
–Tuvo difusión en los sectores altamente politizados. Lo que pasa es que hay un sector de la población que no consume política, y eso nos hace mal a todos. Si el tema no fue más lejos, es por dos razones. Primero, porque hay un blindaje mediático que protege a este gobierno y le permite exhibirse y mostrarse fraudulento, porque no sale en la prensa y no se visibiliza para la gran mayoría. Y segundo, porque no habrán querido mostrar debilidad en la superestructura.
–¿A qué se refiere?
–En muchos canales se habló del tema, pero diciendo cosas poco precisas que confunden a la gente. Cuando el tema no es bien tratado ni bien informado, no puede ser bien abordado y, consecuentemente, es muy difícil tomar una buena decisión. Ahí es cuando el ciudadano común dice: “¿Que me importa que sea verdad o mentira? Si después van a hacer lo que quieran. Yo laburo, saco adelante a mi familia y que después sea lo que Dios quiera”. Si no salimos de esta trampa mortal, nos va a ir muy mal.
–También se instaló un “debate” sobre evitar los gastos de plata en elecciones. ¿Qué se dice desde el FUNAP y desde Convergencia Ciudadana?
–Desde ambos lugares se lo interpreta como una falta de respeto y una estafa democrática a la ciudadanía. Siempre es bueno que el pueblo decida. Si las elecciones son limpias, claras y tienen la vocación de recabar lo que la mayoría desea, es plata muy bien gastada. Lo que sostiene la institucionalidad de la Nación es el pueblo trabajador con sus impuestos, de modo tal que averiguar lo que el pueblo quiere siempre es bueno y oportuno. Estamos frente a una nueva frustración, aunque no será la última ni la que nos derrote.
–Cuando se transmitan electrónicamente los datos de los telegramas desde las 15 mil escuelas, antes de llegar al correo, donde está el centro de cómputos, van a pasar por un punto intermedio donde el comprador del software (el Gobierno) va a transformar esa información manejable. ¿Qué tratamiento se le dio al tema desde partidos opositores?
–La posibilidad del fraude siempre está latente en todos los esquemas. Desde ya que estamos en contra de cualquier manipulación que se pretenda hacer, ya sea desde el oficialismo, la oposición u otra instancia. Pero lo importante no es el software que use el Gobierno, sino la intencionalidad política. Supongamos que el Gobierno quiere hacer las cosas bien, entonces no hay por qué temer. Pero sí hay que manejarse desde el prejuicio, porque este gobierno ha dado severas muestras de alteración, como en las últimas elecciones. Esto se da por la pasividad del resto de los partidos a la hora de dejarse engañar y manipular, una ciudadanía alerta sería la mejor respuesta. Si se manipulan datos es porque se pretende llegar a un balotaje, porque creen que dividiendo a las fuerzas van a tener más posibilidades de ganar, pero no es así. Ahora se está pretendiendo instalar el recuento de votos de modo electrónico bajo el pretexto de la modernidad, algo que ha fracasado y está en crisis en el mundo entero.
–Supongamos que el Gobierno intenta tergiversar el resultado final. ¿Qué puede hacer el resto de las fuerzas democráticas para evitarlo o ponerlo en evidencia?
–De llegar a suceder, se pondría en evidencia la inescrupulosidad, falta de respeto y el poco compromiso del Gobierno con cuestiones tan importantes y visibles como las elecciones. Lo que que se puede hacer es, primero, tener muy buena información; el ingeniero Ariel Garbarz, referente en cuestiones de tecnología, adelantó que ya están dadas las posibilidades de que haya alteración de los resultados. Después, hay que tener un muy buen equipo de fiscales, utilizar bien la tecnología y contar con buena documentación para poder demostrar dónde hubo fraude.
–La nueva empresa, SmartMatic, tiene varias denuncias por falsificar votos, pero la Justicia dijo que sólo puede actuar una vez que se produjo el delito. ¿Qué recaudos debería haber tomado el Gobierno a la hora de seleccionar una la nueva empresa?
–El gobierno de Macri ya no inspira ninguna confianza. No la deberían haber contratado. Si tiene denuncias, yo, presidente de la Nación, la anulo para no quedar bajo un manto de sospecha. Desde la especulación, supongo que compraron el software porque tendrán un buen retorno y no les importa lo que digan. Insisto: cuando sabés que alguien va a hacer algo mal, tenés dos posibilidades: desarticularlo y hacer todas las denuncias, o armar tu propia estrategia con buena información, buenos fiscales y datos concretos en mano.
–¿Por qué creé que no hay buenos cuerpos de fiscales?
–Es una premisa que trabajamos internamente. Creo que no hay buenos cuerpos de fiscales porque la política va a buscar a fiscales cada vez que hay elecciones, y después se olvida. De hecho, es una de las críticas que nos hacemos dentro del partido. Pero tiene que ver con los puntos que dije anteriormente: ya sabemos que van a hacer trampa y que van a mentir, así que nuestro trabajo es tomar los recaudos pertinentes.
–¿Qué se piensa desde su partido sobre las próximas elecciones?
–Pensamos que el Gobierno va a perder, no hay encuesta que no señale que siete de cada diez argentinos está disconforme, aunque no todo aquel que esté así va a votar en contra. Va a tener mucho más que un 30 por ciento de adhesión, sin dudas cerca de un 35 o 40 por ciento. La otra razón me lleva a referirme al balotaje, que lo ganó mintiendo. Esa estafa electoral se la van a hacer pagar. Al pueblo le va mal con el bolsillo y, como decía el General Perón, el bolsillo es el órgano más sensible del ser humano: cuando tenés plata, no te criticás nada, pero cuando no llegás a poner un plato de comida en la mesa para tu familia, te enojás. Creo que estamos en una etapa de transición y muchos cambios. El desafío del próximo gobierno no es ganar la elección, sino pensar cómo va a gobernar con las expectativas de la gente de un cambio rotundo y con posibilidades poco reales de hacer que eso suceda.