Por N. Roldán, M. Klappenbach y J. Borits
—A los 16 años tuviste tu primera experiencia actoral en Necesitamos oxígeno. Después de 26 años y pensando en todo lo que viviste, ¿estás conforme con lo que sos y construiste?
—Sí, estoy muy conforme con mi presente, me gusta mucho. Siento que de alguna manera me comprometí con mi propio deseo y logré tener una identidad propia dentro del mapa teatral argentino, principalmente en Buenos Aires, lo cual es mucho decir. Vivo en la ciudad más importante del mundo en relación a la teatralidad, y haber logrado a mi corta edad un recorrido como el que logré, con más de 50 espectáculos estrenados como actor o como director, teniendo una identidad, la verdad es una enorme alegría y mucho de eso tiene que ver con ese joven que empezó hace muchos años haciendo obras de teatro independiente. Algo de esa independencia sigue habitando en mí.
—¿Qué es el “género Muscari”?
—Mucha gente dice que es un género y que tengo una estética particular, y que una obra mía no se parece a ninguna otra. Yo creo que si tuviera que conceptualizar alrededor de lo que hago, te diría que al principio hay una elección estética, una conceptualidad en el casting, que casi siempre rompe con el prejuicio de lo inesperable. Por el otro lado, creo que hay una idea estética con el vestuario, con la escenografía, con las luces, con la música, con la forma de comunicar un espectáculo, que lo vuelve único y singular, y creo que eso es percibido por el afuera como una estética propia, no es algo buscado. En realidad yo hago las obras de teatro que a mí me gustaría ver y naturalmente, al estar comprometido con eso que tengo ganas de hacer y al estar en el proceso creativo de un espectáculo, drenando de alguna manera lo que durante mucho tiempo estuvo en mi inconsciente o en mi computadora, todo eso se traslada a una estética particular que me ha costado muchos años. Todos estos años de trabajo fueron de alguna manera generando una estética.
—El colectivo de Actrices Argentinas sigue denunciando actores que acosaron o abusaron. ¿Tuviste que echar a algún integrante de tus elencos por comportamientos de ese tipo? ¿Convocarías a algún actor que haya tenido denuncias por violencia de género?
—Nunca tuve que echar a ningún actor por mal comportamiento en relación a las mujeres en una obra mía. El vínculo que tengo con las mujeres es de conocimiento público, entonces creo que eso ya es un marco. Es decir, cuando yo llamo a un actor o a un hombre para trabajar en una obra de las mías de elenco mixto, sólo ver las formas en las que yo me manejo con las mujeres creo que es un ordenador, un límite. Por lo tanto, no llamaría a un actor sospechado o en una situación endeble en relación a su personalidad, o un actor que esté denunciado por violencia, por abuso, o por violación. Además, creo que no llamaría a ningún actor que tuviera una causa judicial. Creo que un actor o una actriz que tiene una causa judicial está en un momento en el que tiene que poner el foco en resolver ese problema más que en actuar en una obra de teatro, por lo cual no me imagino trabajando con alguien sospechado en ninguna de estas situaciones.
—¿Ves un panorama difícil para el teatro con la situación económica actual?
—Creo que la situación económica está difícil en todos los aspectos: para el que compra pan, para el que compra carne, para el que trabaja en un supermercado, para el plomero, el verdulero, y por supuesto para los que hacemos teatro también. Cuando hay crisis económica, el mundo del espectáculo, del entretenimiento, es lo primero que uno recorta. En mi caso particular no puedo hablar más de otra cosa que de mi presente, y mi presente es “Sex”, un espectáculo muy exitoso, que está hace como cuatro meses, va 85 funciones agotadas y casi 20 mil espectadores. Entonces es difícil hablar de la crisis o del recorte de espectadores desde la expectativa de tener un espectáculo exitoso y estar agradecido por eso. Pero esto no me modifica la percepción de saber que a mi alrededor la situación teatral en general está difícil para todos y que si como país estuviéramos mejor por supuesto que el mundo del espectáculo y entretenimiento, especialmente el teatro, estaría varios escalones más arriba en cuanto al consumo y en cuanto al flujo de público y espectadores.
—¿Qué experiencia se lleva el público al salir de “Sex”?
—Para mí no es una obra de teatro, es una experiencia; no es un elenco, sino que es una troupe. El público que viene a ver “Sex” viene buscando encontrar situaciones diferentes, algo que los saque de lo cotidiano. El espacio es fundamental. Hacemos la obra en Gorriti Art Center, un espacio poco convencional que permite la libre circulación, que es algo fundamental del espectáculo. El público llega más temprano, puede tomar una copa, cuando termina el espectáculo se pueden quedar, pueden cenar en el lugar y recorrer la experiencia con una copa en la mano. Entonces todo eso creo que hace que el público, cuando se va de “Sex” no solamente se lleva la experiencia atípica en relación a lo artístico y esta situación donde tenés que seguir a los personajes por diferentes lugares, meterte en cuartos y vivenciar algunas cosas que son más “íntimas”, sino que además se lleva la experiencia de transitar un show teatral poco convencional.
—¿Por qué el sexo sigue siendo tabú?
—Creo que porque pertenece al orden de lo prohibido, de lo privado, porque es ancestral, porque tenemos un chip metido en la cabeza que es de hace muchos años. Se nos enseñó socialmente, o quizá familiarmente, que el sexo es algo del orden de lo privado, de lo lúdico, y verdaderamente yo pienso todo lo contrario, pienso que el sexo es libertad, que es alegría, que es diversión, que es comunicación, qué es encuentro, qué es positivismo. Todo eso aflora energéticamente en el espectáculo que hice, y el público, durante una hora y media, se encuentra con una mirada desprejuiciada, lúdica, festiva, poco prohibida alrededor del sexo, lo cual genera un efecto liberador y catártico en el espectador.
—¿Cómo te preparás para la temporada de verano?
—En principio “Sex” va a seguir aquí en Buenos Aires. El éxito que tiene verdaderamente lo amerita. Estamos encaminando la posibilidad de un segundo elenco en Mar del Plata, para que la gente de todo el país pueda en el verano disfrutar de “Sex”. Por ahora estoy super enfocado con eso y con la gira internacional que el año próximo me encontrará yendo a países a montar este espectáculo o a llevar este que actualmente tenemos aquí. También una gira nacional… la verdad es que en este momento me parece bueno que toda mi energía, a diferencia de otros momentos en donde he tenido varios espectáculos en escena, que esté en un único espectáculo con tantas posibilidades de crecimiento y de ramificaciones. Así que en el verano todo el objetivo sigue siendo “Sex”.
Foto principal: Instagram @josemariamuscari