Por Delfina Haddad
“Lo que hicieron Charly o Spinetta fue como una joya. No sé bien qué pasó, pero extraño esa calidad musical y su sensibilidad”, dijo Mateo Sujatovich, líder de la banda Conociendo Rusia, durante una videoconferencia para alumnos de la escuela de periodismo Tea. El músico se refirió al rol que tiene hoy el rock y a la ambigüedad de los géneros musicales.
Como buen fanático de los grandes del rock nacional, “El Ruso” (personaje ficticio creado para su proyecto musical) aseguró que falta la calidad y la emoción de la música de aquellos artistas. “Durante varios años el rock nacional fue por un lado que no me copa tanto”, dijo, aunque sin descartar que en algún momento el género vuelva a tener un lugar más importante.
“El rock nacional está con una crisis de identidad que se irá acomodando con las apariciones de nuevas bandas. Tampoco puede decirse que el rock nacional vaya a ser siempre lo que fue; hay que adaptarse a eso, será lo que hoy se haga rockero y nacional”, explicó el cantante, y agregó: ”Quizá falta un poco de contenido, aunque es algo que se va dando con la edad y la maduración de los proyectos de los artistas. Es todo muy nuevo, falta mucho recorrido”.
Mateo hizo referencia a artistas como Pity Álvarez o Juanse, de Los Ratones Paranoicos. A pesar de gustarle la música que hicieron, según él en los 90 redireccionaron el rock para otro lado. “Hubo mucho rock barrial stone, tanto que se fueron pianos hermosos como el Rhodes y el CP70, que Fito Páez, Charly o Calamaro sabían tocar muy bien”. Para el músico de 30 años, esos artistas escribían sobre cosas que pasaban en el país, mientras que los más jóvenes ya hablaban de otras cosas. “Tiene que ver con algo generacional”, afirmó.
El cantante de “Loco en el desierto” y “Quiero que me llames” siempre fue muy fanático de Spinetta. Pero no lo conoció gracias a su padre, Leo Sujatovich, ex tecladista de Spinetta Jade, sino a través de una de las hijas del “Flaco”, Vera, con quien entabló una muy buena amistad. “El hecho de verlo en su casa, su relación con la guitarra, cómo armaba su banda, era como una masterclass, como ir a Harvard. Aprendí mucho, me hizo muy feliz compartir cosas con un héroe”.
Fue cuando tenía 15 años que Mateo se dio cuenta de que quería dedicarse a la música. Durante la secundaria formó parte de la banda Detonantes y aprendió a componer mientras trabajaba con su papá en la serie animada “Zamba”, emitida a través del canal infantil Paka Paka. De chico vivió un tiempo en España pero sus ganas de volver al país hicieron que se convirtiera en “un argentino muy nacional”.
“Soy rock nacional hasta la muerte. Me considero en una nueva etapa, algo inevitable porque es lo que más me gusta, lo que me atraviesa”, aseguró con respecto al estilo de su música, aunque reconoció que quizás hoy también tenga un poco de indie pero “no para siempre”. En 2019 sacó su segundo álbum de estudio, “Cabildo y Juramento”, que considera como “muy argentino” ya que el tango es otra de sus influencias: “Me ayuda a reconfirmar mi argentinidad, me dan más ganas de estar acá”.
El cantante también habló sobre la ambigüedad de los géneros musicales contemporáneos, a los que catalogó como “muy subjetivos”. “Cada tanto hay géneros nuevos que son súper masivos y populares y vienen para quedarse un rato. Pero después cada uno encuentra su lugar y sus referentes. Todo tiene mucho movimiento, en un tiempo veremos qué pasa con estos géneros nuevos”, concluyó.