Por Ailén Brizuela y Santiago Piro

Hace un par de semanas se estrenó Alemania, la ópera prima de María Zanetti, que relata el paso de una chica de 16 años de la adolescencia la adultez, mostrando sus conflictos más íntimos. La película está protagonizada por Maite Aguilar, quien se pone la piel de Lola. “Me encanta la dualidad de mi personaje”, afirma la actriz de 20 años, que actualmente está filmando la serie de Netflix Atrapados junto a Juan Minujín y Soledad Villamil.

La película se sitúa a mediados de la década de 1990, retrata la vida cotidiana de una familia de clase media de Buenos Aires y está basada en la adolescencia de la directora, aunque no cae en el género autobiográfico. Lola es la hija menor y atraviesa las vivencias de una estudiante de colegio secundario, mientras espera noticias de una beca de intercambio en Alemania.

En paralelo, muestra la difícil relación con su familia, la intimidad con sus amigos, sus relaciones amorosas y la búsqueda de su identidad. El film mantiene una mirada empática y constructiva sobre los problemas de salud mental que sufre Julia, la hermana de Lola, interpretada por Miranda de la Serna. Alemania transporta al espectador al universo de una joven que se encuentra en la dicotomía entre ser independiente en un mundo lleno de posibilidades en lo personal y la culpa por “abandonar” a su familia.

–¿Cómo fue el proceso de casting? ¿Fue como lo imaginabas?
–Fue bastante especial, me llegó la convocatoria por Instagram desde una cuenta que difunde anuncios de castings. Después me convocaron a un casting presencial y me dieron dos escenas para actuar. Fue mi primera experiencia, solo había hecho trabajos para publicidad y estaba bastante nerviosa. Pensé que me había ido bastante mal, pero no, me llamaron para un segundo casting y conocí a la directora. Con ella sentí una conexión muy fuerte desde el primer momento, igual que con los actores.

–¿Cómo fuiste creando a tu personaje? ¿Ves algo de Lola en vos?
–El personaje tuvo un montón de trabajo. Con María Zanetti nos juntábamos una vez por semana durante todo 2022. Nos reunimos para conocernos e ir generando un lenguaje en el set que nos permitiera comunicarnos de una manera más fluida, más eficiente. Traté de armar a Lola con partes mías y de ella, poniendo de cada una los gestos, las miradas y lo que le pasaba por la cabeza en cada diálogo. Iba mucho al guion, aunque los diálogos y las acciones estaban abiertos a cambios que ayudaran a mi interpretación, a mi manera de actuar. También siempre estaba la conversación entre María y yo sobre salud mental, queríamos contar esta historia con un panorama informado sobre las duras vivencias que atraviesan un montón de familias.

Alemania se exhibió en el Festival de Mar del Plata.

–¿Qué esperás que los espectadores se lleven de Lola? ¿Y sobre la mirada que tiene la película sobre la salud mental?
–Lo que me llevo del personaje de Lola es cómo transita la situación que vive con su familia. Me encanta la dualidad que presenta el personaje a lo largo de la película. Muchas veces, cuando estamos pasando por una situación de tristeza y se nos escapa una risa nos sentimos culpables, pero es normal que el ser humano pase por miles de emociones en cuestión de horas. Con respecto a la salud mental, destaco la forma en que la película retrata los pocos avances que había en los 90 para tratar a quienes padecieran enfermedades mentales.

–¿Hubo algún momento del rodaje que te haya resultado especialmente significativo?
–La verdad es que cada minuto de ese rodaje me resultó muy importante. Se generó una atmósfera de mucho amor que siento que no sucede normalmente. Un momento concreto que recuerdo fue cuando, en un momento de frustración en el que sentía que estaba sobreactuando, Miranda de la Serna me dijo: “Vos hacé de más, es más fácil empezar arriba y bajar que hacer lo contrario”.