Por Julieta Rodríguez

Adriana Patricia Fook, autora de los libros Fantasías terrenales y Conexiones, es una escritora comprometida con la exploración de distintos géneros literarios, que desarrolló una narrativa única que refleja su gusto por la lectura. Conocida por su habilidad para integrar elementos de diferentes estilos desde sus inicios, muestra una pasión inquebrantable por la lectura, al sumergirse en géneros que van desde la ciencia ficción hasta el realismo mágico. La diversidad se refleja en su escritura, donde desarrolla una voz literaria rica y multifacética.

―¿Cómo influye la lectura de diferentes géneros en tu desarrollo como escritora de fantasía y autobiografía?
Para ser una buena escritora, sin importar el género, es crucial ser una lectora ávida y diversa. A lo largo de mi vida, varios libros y autores han tenido un gran impacto en mi desarrollo. Siempre me han atraído las historias que transmiten enseñanzas profundas y humanas, especialmente aquellas que exploran los sueños, las esperanzas y las emociones. Paulo Coelho es uno de los autores que más me han inspirado. Sus obras me han enseñado a buscar el sentimiento en lo que escribo y añadir un toque de magia en mis historias. El alquimista, un libro que destaca por su mensaje sobre la búsqueda de los sueños y el autoconocimiento. Hay otro que se llama el Manual del Guerrero de la Luz, que te ofrece una guía espiritual para enfrentar los desafíos de la vida. Además, hay autores como Chopra, la filosofía estoica, con figuras como Séneca y Marco Aurelio, que han enriquecido mi perspectiva sobre los desafíos y las emociones humanas. Las ideas estoicas de aceptar lo que no podemos controlar y concentrarnos en nuestras reacciones ha influido en la creación de personajes más complejos y realistas en mis historias.

―¿Qué impacto tuvo la filosofía estoica en tu desarrollo como escritora y en la creación de tus personajes?
―Durante mi infancia y adolescencia, disfrutaba leer una variedad de libros, pero los de aventura siempre fueron mis favoritos. Desde muy niña adoré la lectura y este amor por los libros fue un paso importante en mi camino hacia la profesión de escritora. Recuerdo que esperaba a mi papá que venía de trabajar y me contaba cuentos de aventura. Hacíamos rondas de lectura con mi hermana y él, leyendo párrafo por párrafo y eso me entusiasmaba mucho. Es muy importante fomentar la lectura en la familia, ya que son momentos compartidos que dejan huellas profundas. Los libros de aventuras me fascinaban especialmente. Uno de los libros que me marcó fue La vuelta al mundo en 80 días, de Julio Verne. Esta obra en particular capturó mi imaginación y me hizo soñar con viajes y descubrimientos. La narrativa vibrante de Verne y sus descripciones detalladas del mundo me hicieron desear explorar más allá de mi entorno. En mi adolescencia, mis gustos literarios se inclinaron más hacia el género policial. Me gustaba la intriga y el desafío de resolver misterios y ninguna autora capturó mi atención como Agatha Christie; siempre sus libros me cautivaron. La habilidad de la autora para tejer tramas complejas, mantener al lector en vilo hasta el final me inspiró a indagar más en el género policial. Los libros de aventuras y los policiales fueron fundamentales en mi desarrollo como lectora y escritora, no solo alimentaron mi pasión por la lectura, sino que también me enseñaron la importancia de la narración y el poder de las historias bien contadas.

―¿Qué experiencias personales influyeron en la creación de tus tres libros publicados y qué significado tienen para vos?
―Participar en clubes de lectura, talleres literarios, concursos literarios ha sido una experiencia enriquecedora para mí como escritora. Se abordan distintos temas y estos espacios me brindan la oportunidad de intercambiar ideas y aprender, lo que amplía mi perspectiva y me inspira en mi propio proceso creativo. Además, compartir mis obras y recibir retroalimentación constructiva me ayuda a mejorar y pulir mi estilo. La literatura contemporánea vibrante refleja una amplia gama de experiencias y perspectivas. Esto ha enriquecido el panorama literario, permitiendo que más personas se vean representadas. Sin embargo, aún existen desafíos como la falta de acceso y representación equitativa en la industria editorial. Me gustaría ver más apoyo y promoción para autores de comunidades. Y un compromiso mayor de toda la industria para diversificar las publicaciones. Las editoriales independientes y plataformas de autopublicación son cruciales, pero se necesita un esfuerzo más amplio. Además, fomentar la experimentación y la publicación de obras innovadoras es esencial para aprovechar el poder transformador de la literatura. Aunque la literatura contemporánea ha avanzado en diversidad, es necesario seguir trabajando hacia una representación equitativa y apoyar voces nuevas y variadas para un futuro literario más inclusivo y enriquecedor.

―¿Cómo influyeron los libros de aventuras y policiales en tu desarrollo literario y en tu estilo narrativo?
―Mi gusto literario ha evolucionado mucho con el tiempo. Antes me costaba leer a Borges, su estilo denso me abrumaba y aburría. Sin embargo, con la madurez aprendí a apreciar su genialidad. Ahora me fascinan sus juegos con el tiempo, el espacio y la identidad y sus tramas llenas de símbolos y referencias literarias. Este cambio en mi apreciación de Borges es un ejemplo claro de cómo he crecido como lectora. Antes prefería lecturas más directas, pero ahora disfruto los desafíos intelectuales que presentan autores como él. Esta evolución ha enriquecido mi experiencia tanto como lectora como escritora, permitiéndome explorar nuevas perspectivas y técnicas narrativas. He podido publicar tres libros. Tengo algunos guardados en el cajón por una cuestión económica, pero bueno, acá estamos. En Conexiones, que es mi biografía, y es en el que narro las historias de mi ancestro, empiezo así, remontándome a la China del siglo XIX. Esta obra no solo es un relato de mi pasado, sino también un reflejo de cómo mis experiencias personales han moldeado mi perspectiva y estilo literario. Surge de mi propia experiencia enfrentando una enfermedad, comparto los desafíos y las lecciones aprendidas durante mi proceso de recuperación. Es un testimonio de fuerza, esperanza y superación que ha resonado en muchos lectores que enfrentan situaciones difíciles. En este proyecto me sumergí en la rica tradición oral de mi pueblo para dar vida a historias que han pasado de generación a generación. Cada relato es un homenaje a la cultura y al folklore argentino, capturando la esencia y la magia de nuestras narrativas tradicionales. El tercer libro es una novela que narra la historia de una escritora argentina que se encuentra con un fotógrafo malagueño. Esta obra es especialmente significativa para mí, porque combina mi pasión por la imagen, la literatura y la fotografía. A lo largo de la narrativa, las imágenes del entorno acompañan el texto y crean una experiencia inmersiva para el lector. Esta fusión entre palabra e imagen añade una dimensión visual y emocional a la historia, permitiendo al lector sumergirse por completo en el mundo y las emociones de los personajes y este último, Diario de un amor, se presentará en Málaga, España, en tres meses.