Por Milagros Bullón
El interés por las noticias en la Argentina cayó un 32 por ciento desde 2017, según el último informe realizado por el Instituto Reuters en conjunto con la Universidad de Oxford. Los factores principales que explican esta caída son la falta de confianza, el desinterés en los medios y los nuevos formatos de consumo de la información.
A lo largo de los últimos años, los modelos de comunicación hegemónicos de todo el mundo perdieron credibilidad ante el público. En el caso de la Argentina, el interés pasó del 77 por ciento en 2017 a un 45 por ciento en la actualidad. El avance de las redes sociales puso en auge el modelo de consumo de noticias por medio de videos, un formato rápido y eficaz que sintetiza la información en pocos segundos. Esto hizo que plataformas como Facebook o X queden en desventaja frente a Youtube o Tik Tok, donde predomina el formato video.
El consumo de noticias vía Facebook bajó cuatro puntos porcentuales en todo el mundo durante el último año. En Argentina alcanzó el 37 por ciento, 11 menos que años anteriores. Por su parte, la plataforma Youtube es elegida para informarse por tres de cada diez personas, mientras que, por primera vez, Tik Tok superó a X en su uso informativo.
Al mismo tiempo, el uso de las redes sociales como vehículo de información genera mayor preocupación en los usuarios sobre qué información es verdadera y cuál no. En el caso de Argentina cayó el nivel de confianza en las noticias en general un 9% respecto a 2017, alcanzando apenas un 30%. Tik Tok y X son las plataformas de cuya veracidad más se duda.
Para Natalia Aruguete, doctora en Ciencias Sociales y especialista en análisis de los medios, hay dos posibles causas para el desinterés por las noticias y la desconfianza en los medios: “En primer lugar, el contenido de la agenda mediática ya no interpela a las audiencias, no se sienten representadas, es por eso que mayormente eligen consumir noticias espectacularizantes. Por otro lado, el público en general percibe un sesgo o ideologización en los medios tradicionales”.
Por el contrario, las plataformas y redes ofrecen un tipo de información fuertemente personalizada a partir de detectar las preferencias de los lectores o las audiencias. Aruguete explica que esta fragmentación de la información deriva en un “consumo pasivo e incidental” por el que el usuario se informa sin una búsqueda activa o involucrarse demasiado, impidiendo una comprensión cabal sobre el asunto en cuestión.
Edición: Joaquín Benítez Demark y Victoria Rodríguez