Por Nicole De Santo

En un emocionante desenlace en Doha, Qatar, la selección masculina de la Argentina se coronó campeona del Mundial de Pádel 2024 al vencer a España, reafirmando su posición de élite en el deporte. Este título es el undécimo en la historia del combinado albiceleste, una hazaña que subraya su trayectoria de éxitos y su capacidad para mantenerse competitivo en la escena internacional.

La final tuvo un toque de renovación generacional con los jóvenes talentos de Leandro Augsburger y Valentino Libaak, que a los 19 y 20 años debutaron con la selección argentina en este torneo. La presión de definir la final recayó sobre ellos, que fueron los últimos en jugar en un momento crucial. A pesar de su inexperiencia a nivel internacional, ambos mostraron un gran carácter y habilidades excepcionales, y contribuyeron decisivamente a la victoria.

La Argentina llegó a la final tras una destacada actuación a lo largo del torneo, en la que superó a equipos de gran nivel. En la semifinal, el equipo argentino se impuso a Italia con un contundente 3-0, mostrando una superioridad clara que le dio la confianza necesaria para enfrentar a España en el partido decisivo. La final fue un duelo intenso y parejo, pero a pesar de todo, la selección argentina logró salir adelante con un marcador de 2-1 en sets, y destacó el último partido en el que Augsburger y Libaak se enfrentaron a Paquito Navarro y Mike Yanguas, una dupla española con determinación, habilidades y mucha experiencia en la pista.

Sin embargo, la final no estuvo exenta de desafíos. En los últimos tres puntos del partido, Leandro Augsburger sufrió un malestar en la pierna debido a una mala pisada desafortunada, lo que generó tensión en el equipo y entre los fanáticos. A pesar de este percance, Leandro mantuvo la concentración y logró cerrar el encuentro a favor de la Argentina, demostrando no solo su capacidad técnica, sino también una fortaleza mental admirable.

El triunfo del equipo argentino es un testimonio del talento emergente en el pádel, con jóvenes como Augsburger y Libaak listos para liderar el camino en el futuro. La victoria masculina resalta la importancia del trabajo en equipo y la perseverancia, elementos clave que caracterizaron al pádel argentino a lo largo de su historia.

A pesar de la euforia por la victoria masculina, la jornada también fue marcada por la tristeza de la selección femenina, que no logró conquistar el título tras caer ante España en la final con un resultado de 3-0. Las jugadoras argentinas, entre las que se
destacaron figuras como Aranzazú Osoro, Julieta Bidahorria, Delfina Brea, Claudia Jensen, Virginia Riera y Daiara Valenzuela. Hicieron un gran esfuerzo, pero se encontraron con un equipo español muy sólido y experimentado que dominó el encuentro.

Durante el torneo, la selección femenina mostró un rendimiento notable, y superó a equipos como Francia y Brasil en las fases anteriores. En la semifinal, logró un triunfo convincente contra Italia, pero la final se volvió un desafío complicado. A pesar de la derrota, el equipo femenino demostró un gran crecimiento y potencial a lo largo del torneo.

La derrota en la final femenina resalta la competitividad del pádel internacional, donde equipos como el de España se mantienen como referentes. Sin embargo, la selección argentina femenina tiene una base talentosa que promete seguir luchando por el título en futuros campeonatos, buscando mejorar su rendimiento y alcanzar la cima.

El Mundial de 2024 deja claro que, tanto en la categoría masculina como en la femenina, la Argentina sigue siendo un referente en el pádel, con un futuro brillante que dependerá de la combinación de experiencia y nuevas promesas en la cancha.