Por Nicole De Santo y Álvaro San Martin

Cada año, el Día Mundial de la Adopción pone la lupa sobre los derechos de los niños y el rol crucial de las familias adoptivas. Esta fecha destaca la importancia de ofrecer un hogar a los niños que lo necesitan y de apoyar a quienes deciden emprender el camino de la adopción.

Sin embargo, el camino hacia la adopción no es sencillo. Las familias adoptivas enfrentan grandes desafíos, desde la complejidad de los trámites legales hasta las dificultades emocionales durante la vinculación. Es por eso que la evaluación integral de los futuros padres es un paso fundamental para asegurar que están preparados para asumir esta gran responsabilidad.

En Argentina, las historias de adopción están llenas de amor, entrega y resiliencia. Organizaciones como el Hogar MDR, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, trabajan intensamente para conectar a niños en situación de adoptabilidad con familias dispuestas a brindarles un hogar lleno de afecto. Gracias a estas organizaciones, muchas familias han podido encontrar a sus hijos y construir juntos un futuro lleno de esperanza.

Sofía Navarro, trabajadora social del Hogar MDR, explica que no todos los niños que viven en hogares están en situación de adoptabilidad. “Lo primero que se intenta es la revinculación familiar con sus familias de origen”, comenta. La mayoría de estos niños han sido separados de sus familias debido a situaciones de vulneración de derechos, y es solo cuando se han agotado todas las posibilidades de retorno que se inicia el proceso para determinar la adoptabilidad.

En Argentina, muchos niños permanecen en hogares hasta que se resuelve su situación legal, un proceso que puede ser largo debido a las demoras judiciales o administrativas. Incluso cuando su situación de adoptabilidad está decretada, el problema persiste. “A menudo no aparecen familias dispuestas a adoptar niños mayores de 5 años, grupos de hermanos o niños con problemas de salud”, explica Navarro. Esto refleja una realidad compleja porque muchas de las familias que quieren adoptar desean recibir bebés o niños muy pequeños, mientras que la mayoría de los niños en los hogares superan esa edad.

El proceso puede variar en duración y en complejidad según cada caso. No hay tiempos determinados ya que es un proceso vincular y cada niño y familia necesitan distintos tiempos para adaptarse”, aclara Navarro. Durante el periodo de vinculación, que puede incluir visitas y estancias cortas en el hogar de la familia adoptiva, tanto el niño como la familia cuentan con el apoyo de un equipo de profesionales.

Para enfrentar los retos de la adopción, las organizaciones y registros provinciales ofrecen recursos y acompañamiento emocional. Desde charlas previas hasta evaluaciones continuas, los profesionales ayudan a los padres a resolver dudas y enfrentar desafíos que puedan surgir durante el proceso de vinculación. Navarro destaca que “es fundamental que los padres cuenten con un espacio seguro para expresar sus dudas y temores”, y enfatiza la importancia de la capacitación para comprender mejor las necesidades de los niños adoptados.

Los hogares también juegan un papel importante en el proceso de preparación, proporcionando apoyo tanto a los niños como a las familias. Una vez que la adopción se formaliza, el equipo de alguna organización y los profesionales de cada hogar suelen continuar el acompañamiento, para asegurarse que la familia cuente con la ayuda necesaria para afrontar la transición.

Navarro señala que, si bien el sistema de adopción tiene sus complejidades, el principal desafío no radica tanto en el proceso en sí, sino en la falta de coincidencia entre las expectativas de las familias y las realidades de los niños en los hogares. También menciona que los tiempos para decretar la situación de adoptabilidad deberían mejorarse, ya que muchas veces los niños terminan esperando largos periodos en instituciones debido a la demora en las resoluciones judiciales.

Para mejorar el sistema, Navarro sugiere un enfoque más ágil y con tiempos definidos en los procesos de adopción, manteniendo la flexibilidad necesaria para evaluar cada caso individual. También sería útil una mayor sensibilización sobre la necesidad de adoptar niños mayores, adolescentes, grupos de hermanos o niños con necesidades especiales, quienes a menudo quedan fuera de las opciones de las familias adoptantes.

Edición: Ornella Mainetti y Mora Zaballa