Por Sol Vega 

La masacre de Cromañón, ocurrida el 30 de diciembre de 2004, sigue siendo una herida abierta en la sociedad argentina. El reciente estreno en Amazon Prime de una serie inspirada en el incendio en el que murieron 194 personas reavivó el debate sobre cómo abordar una tragedia de tal magnitud en la ficción. Mientras algunos sobrevivientes y familiares rechazan la serie, otros consideran que representa una forma respetuosa de recordar esa noche y promover el debate sobre su impacto. 

La organización No Nos Cuenten Cromañón, conformada por sobrevivientes y familiares de las víctimas, expresó su rechazo hacia la serie a través de una publicación en su cuenta de Instagram, donde argumenta que si bien es positivo que se hable de Cromañón para que los más jóvenes se informen de lo que pasó, repudia que se busque un rédito económico con un tema que duele. Considera inapropiado “generar memoria a cualquier costo” y ofrece su programa de asistencia en salud mental para sobrevivientes y familiares. Además, recomienda su libro Voces, tiempo, verdad, para informarse sobre el antes, el durante y el después de Cromañón. “Nuestra vida no es una película. Es la vida real. Estamos acá para decir una vez más: No nos cuenten Cromañón”, cierra la publicación. 

Por su parte, Nilda Gómez, madre de Mariano Alexis Benítez, una de las víctimas, aclaró que los productores de la serie no se contactaron con ella ni con otros familiares antes, durante o después del rodaje. En declaraciones a Laca Stream, la presidenta de la ONG Familias por la Vida cuestionó el nombre de la serie, porque considera que en realidad refleja solo un punto de vista, dado que en los créditos solo figuran los nombres de Celeste Oyola, sobreviviente, y José Iglesias, padre de una víctima y abogado querellante en la causa. 

En declaraciones a Sector Prensa, Gómez reafirmó su postura sobre la banda Callejeros: “Para mí, fueron provocadores de la tragedia, sabían perfectamente dónde iban y en lo que podía terminar”. Y aunque inicialmente se mostró enojada con la serie, ahora agradece que fuera realizada por un grupo que no exonera a la banda, y destaca que se pone nuevamente en discusión la tragedia. También señaló que la serie, aunque ficcionada en algunas partes, representa una de las tantas historias que hubo esa noche y que debe ser respetada. Otro aspecto que generó controversia fue que no se profundiza lo suficiente en la cadena de responsabilidades, como la corrupción en los controles de seguridad y la negligencia del Estado. 

Por otro lado, esta ficción fue reconocida por su respeto hacia las víctimas y su intento de mostrar la vida de los jóvenes antes y después de aquella noche de 2004. Este respeto se extiende a todo el equipo actoral, ya que dos de sus protagonistas, Toto Rovito y El Purre, hablaron en una entrevista en TMH Spin Off, sobre el compromiso emocional y profesional que asumió el elenco: “Desde el principio entendimos la enorme responsabilidad de contar esta historia. Todos los que participamos lo dimos todo. Aunque la serie se enfoca en un grupo de amigos, al verla te das cuenta de que hay muchas otras historias igual de importantes. El compromiso de los actores extras fue impresionante. En otras ficciones esos roles pasan desapercibidos, pero aquí cada detalle emocional fue clave”. Aunque comprenden que la serie no sea del agrado de todos, sostuvieron que una de las principales funciones de la cultura es narrar historias y contribuir a mantener viva la memoria.

Finalmente, la serie también aporta claridad sobre ciertos mitos en torno a la tragedia. Por ejemplo, desmiente la versión de que había una guardería en los baños del boliche de Once. 

Más allá de las opiniones que pueda generar, la serie alcanzó el puesto número uno en Prime Video. Así, quizá logre que una nueva generación se acerque a una de las tragedias no naturales más significativas de la historia reciente de la Argentina.