Por Luca Manessi
—¿Qué rol estratégico ocupa Santiago Caputo en el gobierno de Javier Milei?
—Eso habría que preguntárselo a él, que por cierto es bastante reticente a dar notas. Su rol en el gobierno es bastante misterioso, aunque por lo que todos dicen, ocupa un lugar importante.
—¿Cómo definís estos meses de gestión del presidente Milei?
—El daño generado en menos de un año no podría ser más grande y además es innecesario. El gobierno cree equivocadamente que alcanza con bajar la inflación para que baje la pobreza. Sin embargo, en los 90 no había inflación, en 2001 no había inflación, y el desempleo y la pobreza alcanzaron niveles récord. El daño de estos meses, sin embargo, no es una consecuencia no deseada del programa económico. Es el programa económico. Deliberadamente nos han introducido en esta depresión económica, que aumentó 11 puntos porcentuales la línea de la pobreza. La sumatoria de la crisis y el tipo de cambio congelado son las herramientas con las que este gobierno busca detener la inflación. Existe consenso en buena parte del espectro político sobre la necesidad que tenía el país de ordenar sus cuentas, y de combatir el flagelo de la inflación. Pero este gobierno eligió este camino deliberadamente, ajustando en los jubilados, en la educación, en la obra pública. Había otro camino, por eso decimos que el daño es además innecesario. Porque podría haberse elegido no disminuir los impuestos a los patrimonios más ricos del país, o podría haber optado por reducir los gastos tributarios, que son beneficios fiscales al poder económico. Tampoco se diseñó una estrategia para combatir la evasión y la elusión fiscal, más bien se señala a los que no pagan impuestos como si fueran héroes. Creo que el balance del país de Milei nos arroja resultados muy negativos, somos una Argentina más pobre, más desigual, con un nivel de amateurismo político combinado con dosis de autoritarismo que hace muy difícil construir los acuerdos necesarios para salir de la crisis.
—¿Qué cualidades encontrás en Javier Milei?
—Más allá de sus ideas políticas, que repudio, algo positivo que tiene es el convencimiento en lo que piensa y lo que hace. Lo más negativo de su personalidad sin duda es su infantilismo, lo que lleva a la irresponsabilidad de sus acciones, a la falta de empatía, a la incapacidad de tolerar frustraciones, lo que lo vuelve autoritario, etc.
—¿Cómo afectan las medidas de Milei al empleo?
—Todo el programa económico de Milei está pensado para generar deliberadamente una recesión en el nivel de actividad. La única consecuencia que puede esperarse de eso es que, o bien aumente el desempleo, o las personas, una vez despedidas de su trabajo, tengan que buscar otro empleo peor pago, en peores condiciones. El país de Milei será un país más pobre, más desigual.
—¿Quién es tu referente en la política? ¿Por qué?
—El primer amor es el que te define para toda la vida. Por eso yo me considero alfonsinista y creo que Raúl Alfonsín es mi máximo referente. Tuve la suerte de construir un vínculo de amistad con él en los últimos años de su vida, de aprender mucho de él. Es un enorme privilegio que me formó para siempre. Por sus ideas de democracia con sentido social, por la forma en que decía las cosas, y no solo lo que decía.
—¿Quién es el líder político más relevante de los últimos diez años? ¿Por qué?
—La realidad es que los últimos diez años de la política argentina siguieron, y siguen en buena medida, marcados por la posición que cada uno tiene en relación a Cristina Kirchner. Esa centralidad, que lleva ya veinte años, la convierte sin duda en la lideresa política más relevante de la última década.
—¿Qué opinión tenés sobre Victoria Villarruel?
—Con Victoria Villarruel tengo la peor. Es una negacionista que viene a romper con uno de los pocos consensos democráticos que hemos construido como sociedad en estas últimas décadas, la política de derechos humanos. Una amiga de los genocidas, una mujer peligrosa.
—¿Guillermo Moreno es un gorila? ¿Por qué?
—El peronismo tiene una política permanentemente inclusiva, de abrazar al otro, de hacerte sentir cómodo, querido. El peronismo es calidez, es solidaridad. Moreno está continuamente excluyendo, diciendo quién es peronista y quién no, sin importar cómo se identifica esa persona. Tiene formas además que repelen muchísimo a la sociedad y a otros dirigentes. Ese carácter excluyente es lo que lo convierte en gorila, porque el peronismo es inclusivo.
—¿Estás a favor o en contra de las SAD en el fútbol argentino? ¿Por qué?
—Estoy en contra, porque no creo que todo tenga un precio. El sentimiento no tiene precio. Vos no le ponés valor a un amigo, a una pareja, a tu vieja. A tu club tampoco. Los clubes no se venden. Porque ya tienen dueño, sus socios. Los clubes en la Argentina son mucho más que unidades económicas que compiten futbolísticamente. Son lugares donde se recrea la comunidad, donde se enseñan valores, se sacan chicos de la calle. No podemos perder eso. Y tampoco se puede romper lo que funciona bien, este fútbol argentino es el fútbol de los campeones del mundo.
—¿Qué quiere lograr el gobierno con las universidades públicas?
—El gobierno lo que tiene es un problema con el Estado. Ellos vienen explícitamente a destruirlo, y el Estado es fundamentalmente eso; educación, salud, seguridad, jubilaciones. En su plan motosierra, la educación superior no fue la excepción y como tal sufrió los efectos del ajuste. Después, lo que hace el gobierno es buscar deslegitimarla, atacarla, ensuciarla, porque lo necesita justamente para legitimar el ajuste. Así se entiende el ataque verbal que reciben las universidades nacionales.
—¿Qué aspiras para el futuro en la política argentina? ¿Te ves ocupando un cargo? En caso de que sí, ¿cuál?
—Uno en política, como un militante que participa activamente desde los 13 años, lo único que busca es la transformación social. Es la única ambición que se puede tener en política. A veces, los cargos son herramientas para eso, y a veces no. Mi lugar es el lugar que crean mis compañeros que sea el más útil. Si me toca ejercer alguna responsabilidad, será desde el lugar que mis compañeros decidan. Pero uno no hace política por un cargo.
—El gobierno nacional quiere eliminar toda figura de Néstor Kirchner de la escena política. Para vos, ¿qué significó esa figura?
—Néstor significa la recuperación económica después de la crisis de 2001, el crecimiento económico con inclusión social, la política de derechos humanos, la recuperación de la política como herramienta de transformación, la transversalidad. Pero sobre todas las cosas, lo que define a Néstor es la audacia y la imaginación política. Pero no la audacia que conocemos hoy de los libertarios, que es una audacia temeraria, irresponsable. La de Néstor fue una audacia patriótica, con muchísimo sentido de la responsabilidad y de lo colectivo.