Por Carola Scialabba
El Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) es la principal institución de fomento a la producción audiovisual en la Argentina. Nacido como un organismo centrado en el cine, hoy abarca todo el sector audiovisual. Para Liliana Mazure, cineasta y expresidenta del organismo, su relevancia radica en su carácter colectivo: “Lo maravilloso del INCAA es que siempre fue una construcción que trasciende la Argentina y una referencia para toda la región latinoamericana”.
Según Mazure, la crisis actual de la institución no es un fenómeno aislado, sino parte de un proceso que comenzó en 2015: “El mercado y la lógica corporativa fueron ganando terreno sobre la producción nacional. Hoy, por ejemplo, vemos concursos de Netflix para cortometrajes, lo que refleja la concentración del poder creativo y económico en manos de las plataformas globales”. Durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández, la estructura del INCAA se debilitó, y políticas como la inclusión del audiovisual en la Ley de Economía del Conocimiento terminaron beneficiando a grandes grupos privados.
Una de las herramientas históricas del INCAA fue la cuota de pantalla, que garantizaba tiempo de exhibición a cada película nacional. Mazure explica que esta regulación desapareció en los últimos años: “Hoy, películas estadounidenses pueden ocupar cuatrocientas de las ochocientas pantallas disponibles, con todas las funciones posibles, dejando poco espacio para las nacionales”.
La función del INCAA va más allá del financiamiento: “Su rol no es solo financiar películas; es garantizar que historias locales se produzcan y lleguen al público, incluso cuando el mercado no lo haría. Es por eso que la institución defiende la libertad de expresión, la identidad cultural y la diversidad de voces”, explica Mazure, quien durante su gestión promovió la producción federal, permitiendo que cineastas trabajaran en sus provincias, recuperando la identidad regional y ofreciendo representación a públicos que antes se veían excluidos del cine nacional.
La gestión de Mazure vino acompañada de las políticas culturales de un gobierno afín, situación que se vio ampliamente modificada desde el inicio del nuevo gobierno: “La representación cultural está muy afectada, las gestiones actuales no valoran lo colectivo”, señala la cineasta, quien explica que la situación del INCAA siempre se inscribe en un contexto regional y global más amplio. Y en ese marco recuerda la coordinación de guionistas latinoamericanos inspirada en la huelga de sus colegas de Estados Unidos, que durante 2023 paralizó la industria de Hollywood: “Esto ha permitido que la región, liderada por la Argentina, pueda proteger a sus creadores frente a las plataformas globales. Guionistas de Brasil, Uruguay, Chile, Colombia y México ya se coordinan y buscan que las productoras estadounidenses respeten normas sindicales internacionales”. A pesar de las dificultades, Mazure confía en el potencial de la oposición política y de los nuevos cuadros profesionales.



