Por Carmela Melón Gil
Andrea Amarante, una de las cuatro lesbianas que fueron agredidas por su sexualidad en un hotel en el barrio de Barracas murió el domingo 12 de mayo. Es importante aclarar su condición sexual porque se trató de un crimen de lesboodio. Su orientación sexual fue el motivo de un acto de violencia que hiere a toda una sociedad.
El 6 de mayo, Justo Fernando Barrientos, de 67 años, arrojó una bomba casera contra la habitación en la que vivían dos parejas de mujeres. Tras la agresión, Barrientos se autolesionó con una sierra. La explosión provocó el incendio por el que murieron primero Pamela Cobbas, después Mercedes Roxana Figueroa y, finalmente, Andrea Amarante. Sofía Castro, la cuarta víctima, sigue internada. Sus vidas fueron apagadas por el fuego del odio.
La investigación está a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 14. Edmundo Rabbione, el juez a cargo de la causa, aún no determinó si el acusado es o no inimputable y si el ataque estuvo motivado por la homofobia.
El repudio ante estos crímenes se hizo sentir en la Plaza Congreso el sábado pasado, donde se reunieron cerca de dos mil personas para reclamar justicia por el ataque, al que vincularon con “la violencia que ejerce el Gobierno de Milei”. María Rachid, titular del Instituto contra la Discriminación de la Defensoría del Pueblo, enfatizó la necesidad de catalogar estos actos como “crímenes de odio“ y llamó a la reflexión sobre la creciente ola de violencia y discriminación que enfrentan las comunidades LGBTQ+, según publicó el diario Página 12.
Andrea Amarante era una sobreviviente del incendio del boliche República Cromañón en Once, en el que murieron 194 personas el 30 de diciembre de 2004: “Ayer víctima de la tragedia de Cromañón, hoy de un ataque lesboodiante y, mientras tanto, de un Estado ausente que le da la espalda”, denunciaron integrantes de la Coordinadora Cromañón, que advirtieron que Amarante estaba en situación de calle porque “no percibió ayuda económica y tampoco era beneficiaria del Programa de Salud para víctimas de Cromañón”.
La periodista Nora Veiras hizo alusión al triple asesinato en una mesa en la Feria del Libro: remarcó la existencia de un “discurso de odio más que preocupante” y lamentó que el ataque a las cuatro mujeres “no se lea como consecuencia del discurso de odio esparcido en medios y redes con total irresponsabilidad”.
Días antes del asesinato, Nicolás Márquez, biógrafo de Javier Milei había dado una entrevista al periodista Ernesto Tenembaum en su programa de Radio con Vos, durante la que aseguró que las personas homosexuales son “invertidos” que llevan vidas “insanas y autodestructivas”. Márquez y otros representantes de la ultraderecha insisten con los discursos de odio, en particular contra la comunidad LGTBIQ+, con claras intenciones políticas y como parte de lo que ellos mismos denominan “la batalla cultural contra el llamado lobby lgbt”.
Este ataque no es un hecho aislado. Sofía, la única sobreviviente del ataque en Barracas, declaró ante Página 12 que vivían con mucho miedo y que, por ese motivo, casi no salía de la habitación: aseguró que ella y sus compañeras venían siendo hostigadas y agredidas por su condición sexual por Justo Fernando Barrientos y otras personas.