Por Felipe Bíscaro, León Dubcovsky y Lisandro Prada Vanini
La danza del impacto tuvo su estreno en la sección Comedias de la 25ª edición del Bafici. Dirigido por Camila Toker, el film sigue a una directora de cine experimental que viaja a Punta Indio con dos actrices y dos hermanas para, a través del cine, el espiritismo, la danza y el chamanismo, reconstruir la muerte de su madre en un accidente de tren en el que también estuvieron esas cuatro mujeres.
Durante ese recorrido, la película combina la comedia absurda, cortesía de las poco convencionales formas de trabajo de la directora, con lo trágico y el sufrimiento de haber sido parte de un accidente. Además de dirigir, Toker interpreta a la guía espiritual de la protagonista, que si bien aparece pocos minutos en pantalla tiene un rol importante en el desarrollo de la trama.
–¿Cómo surgió la película?
–Habíamos compartido elenco y quedamos manija. Siempre decíamos que íbamos a hacer algo, cosa que nunca sucedía y se diluía. Hasta que una vez, como somos tercos, nos juntamos. Martina Garello vino con una primera idea y, a partir de ahí, nos sentamos a desarrollar y escribir una cantidad de premisas de improvisación, mientras nos juntábamos con las actrices para hablar sobre los personajes y su historia.
–¿Hubo ensayo?
–Como ensayo trabajamos únicamente con el cuerpo. Martina, que es la única bailarina, diseñó los movimientos y las chicas ensayaron casi como en la película, pero más suave y más bueno.
–¿Tuviste alguna inspiración para el humor o lo fueron encontrando?
-Había algo de base que planeamos, que es esto del biodrama, de lo espiritual, del documental. Ninguna de esas cosas nos las tomamos tan en serio, pero tampoco en chiste. En ese intermedio, en ese borde, es donde aparece el humor. No nos fuimos a hacer una película o un biodrama completo ni vivimos el trauma de la protagonista. Tampoco es una película de espíritus, ni de danza. Al tocar esos bordes aparece el humor, porque cada uno de estos registros dialoga con el otro.
–¿Cómo resultó el rodaje en Punta Indio?
–Estuvimos poco tiempo y filmamos casi todo en un mismo terreno, aunque parezcan mil. Salvo la playa y el carnaval, que lo filmé por enésima vez porque me parece un flash y algún día haré una película solo de eso. Fuera de eso y de una noche de neblina, no tuvimos dificultades. Hubo un plan de rodaje y nos organizamos espectacular, así que dentro de lo que parece caótico había un sistema.
–¿Cómo fue la creación de tu personaje?
–Me encantan los cuentos de los amigos que creen en un montón de cosas, y así construí el personaje de la Chamana. Quería que fuera lo suficientemente verosímil y no burlarme de nadie, pero a la vez buscaba tener un decrecimiento.
–¿Cómo te resultó actuar y dirigir en simultáneo?
–Vengo practicando lo de actuar y dirigir desde la saga UPA!. Ahí somos tres directores que también actuamos, entonces, estar dentro y fuera de la escena es algo que me gusta.