Por Sebastián Sasson y Sofía Guitler

“Estamos en uno de los peores momentos de la industria, al menos desde que yo tengo memoria”, afirmó Demián Rugna, director del éxito argentino Cuando acecha la maldad. El proceso de reestructuración que trae entre manos el nuevo gobierno tiene paralizado al Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Desde abril, distintas medidas afectan al Instituto y a sus trabajadores. En los primeros ocho meses de esta nueva gestión, encabezada por el economista Carlos Pirovano, 330 empleados fueron despedidos, cuatro edificios fueron desmantelados y se quitó la cuota de pantalla obligatoria estipulada en la Ley de Cine. El Decreto 662/2024, publicado a fines de julio, indica que solo se podrá gastar hasta el 20 por ciento del presupuesto en estructura y un 20 por ciento en subsidios. El resto será destinado a concursos, la escuela de cine del INCAA y coproducciones. 

El INCAA es un organismo público no estatal que promueve, fomenta y regula la actividad audiovisual. Su característica principal es que es autárquico: el Estado no interviene en sus acciones y, por lo tanto, no debería financiarlo. A partir de 1968, se implementó que el 10 por ciento del valor de cualquier entrada de cine se destinara al Fondo de Fomento Cinematográfico (FFC), que con los años sumó el mismo porcentaje de las ventas y alquileres de VHS y DVD y un 25 por ciento de lo que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) recauda por publicidades de radio y televisión. De esta forma, el Instituto de Cine lograría una autofinanciación. 

AJUSTAR LOS CINTURONES

Pirovano aseguró que su gestión no tiene planes de modificar la Ley de Cine, sino de reorganizar el dinero recaudado, ya que afirmó que el 80 por ciento se gasta en pagar sueldos. “Quisiera saber en qué medida ese mirarse el ombligo del INCAA ayuda a tener un cine poderoso”, dijo en una conferencia que dio recientemente en Mendoza, y agregó que el plan de administración se basará en limitar los subsidios: “Si un productor quiere hacer una película, primero tiene que conseguir el 50 por ciento del presupuesto por su cuenta“. El Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, encabezado por Federico Sturzenegger, también informó que el subsidio de taquilla se pagará si la película logra llegar a los 10 mil espectadores, de forma tal que “el productor asume un riesgo que antes no existía porque se financiaba enteramente con el INCAA”. 

Esas directivas van en línea con una de las quejas del presidente del INCAA, que afirma que se pierde dinero financiando películas que “no tienen espectadores” porque el público prefiere ver producciones estadounidenses. En agosto de 2024, se vendieron 3.474.291 entradas en los cines argentinos, según cifras de la consultora Ultracine, lo que significa un descenso del 7 por ciento respecto del año pasado. La película más vista durante el mes fue Deadpool y Wolverine, con 1.450.264 espectadores. 

“Siempre vemos con mejores ojos las cosas que vienen de afuera sin entender que hay muchísimas que son malas, sobre todo el cine”, dijo Rugna, y agregó: “No sabemos valorar las cosas que tenemos, porque el cine argentino en el mundo es uno de los mejores que hay”. El director asegura que el prejuicio de las sociedades con sus propias industrias está siempre, pero que en la Argentina es muy particular ya que, sostiene, la raíz de la crítica hacia el cine nacional es ideológica: “Se lo vincula con un cine de protesta, hay mucha gente que lo desprecia por eso y, como se hacía a través del Instituto, este también es un objeto de acoso constante. Hay un factor cultural que se tiene que revertir“.

SUSTOS EN LA TAQUILLA

Cuando acecha la maldad fue estrenada en noviembre de 2023 y se convirtió en la película de terror argentina más vista de la historia. “Si no hubiéramos tenido el apoyo del INCAA, lo más probable es que la película se hubiera hecho en Estados Unidos y en inglés”, acotó Roxana Ramos, fundadora de Aramos Cine, productora que desarrolló el largometraje, y aseguró: “Sin el Instituto no tenemos forma de financiar las películas e imponer nuestras historias, talentos e idioma. El rol que cumple el INCAA es que hace que la nacionalidad de la película sea argentina”.

Cuando acecha la maldad, que ganó premios internacionales y se proyectó en salas de todo el mundo, se rodó completamente en la provincia de Buenos Aires, pero casi se filma en Uruguay. “Las políticas audiovisuales en Uruguay crecieron mucho a favor de la industria audiovisual, generando un cash rebate donde, por cada inversión que se hace allí, el Estado le devuelve o aporta al proyecto entre un 30 y un 40 por ciento del dinero invertido. Es todo lo contrario a lo que está sucediendo en estos momentos en la Argentina”, explicó Ramos.

Rugna sumó: “Hacer una película hoy en la Argentina es muy complicado porque las pequeñas y medianas productoras, que traccionan gran parte de la industria, están en serios problemas ya que no hay financiación del Instituto. Solo pueden filmar las que tienen dinero, pero aún así, las grandes productoras suelen hacer servicio de producción y hacer coproducciones con otros países, y también se ven complicados porque pasamos a ser uno de los países más caros del mundo”. 

Según los datos de Kantar Ibope Media, en los primeros seis meses de 2024 se estrenó casi la misma cantidad de películas nacionales que en el mismo período del año pasado, pero el número de espectadores disminuyó un 72 por ciento: de 884.976 asistentes a salas de cine se redujo a 235.421. El total de entradas vendidas entre enero y junio fue de 14.454.229, con el 98 por ciento pertenecientes a producciones extranjeras

Con la situación del INCAA, se prevé que el número de películas nacionales estrenadas en el futuro sea mucho menor, ya que, según los datos oficiales, de 241 producciones locales estrenadas a lo largo del año pasado, 136 tuvieron menos de mil espectadores en las salas y 17 no llegaron a cien. “Las películas tardan aproximadamente tres años en realizarse. Lo que está ocurriendo hoy lo vamos a ver reflejado en los próximos años, cuando no haya casi ninguna película argentina en festivales internacionales”, concluyó Ramos.