Por Macarena González
A las 15.10, presidida por el camarista Ricardo Gil Lavedra, dio comienzo la décimo octava sesión de la audiencia oral y pública del juicio a los ex comandantes de las Juntas Militares que gobernaron de facto el país entre 1976 y 1983. El testimonio más destacado fue el del ex Presidente Arturo Frondizi, citado como testigo de la desaparición y el posterior asesinato de su hermano Silvio Frondizi, en 1975, y de sus tres sobrinos.
El ex Primer Mandatario confesó haber tenido encuentros con el general Albano Harguindeguy, por entonces ministro del Interior de Jorge Rafael Videla, para interesarse por las desapariciones y detenciones. “Yo pedía que me confirmaran si había alguna lista de personas detenidas, y solo me respondieron que había detenidos, no desaparecidos”, relató el testigo.
Frondizi, una de las figuras políticas de nuestro país que se ha manifestado en contra de este juicio, dijo también durante su declaración: “Es preciso preservar a las Fuerzas Armadas como instituciones porque son parte imprescindible de la Nación” y agregó: “La represión no ha cesado porque el terrorismo aún existe y volverá en cualquier momento a la Argentina”.
Arturo Frondizi, elegido Presidente por el voto popular durante la proscripción del peronismo, gobernó el país entre 1958 y 1962.
A continuación, declaró Ángel Federico Robledo, ministro de Defensa Nacional, de Relaciones Internacionales y Culto y del Interior durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, quien admitió haber realizado gestiones por los desaparecidos ante Eduardo Emilio Massera y Albano Harguindeguy. Si bien el testigo señaló que ambos le dijeron que “no tenían información alguna para proporcionarme”, agregó que, cuando consultó con Massera sobre el paradero de Fernando Brodsky, desaparecido en el barrio de San Isidro en 1979, el ex almirante le respondió que “podía estar con vida”.
El tercero en declarar fue Carlos Alberto Emery, ex ministro de Bienestar Social durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, quien señaló que en 1975 la guerrilla había tomado “mucho auge” y que debido a esto “en el acuerdo de gabinete, Luder nos sometió a nuestra consideración tres decretos que le daban sentimiento orgánico a la lucha contra la subversión”. También contó que el texto del decreto recomendaba aniquilar el accionar de la guerrilla, negando además, su participación en alguna reunión del Consejo de Seguridad Interna, creado en ese entonces.
“Una tarea apabullante”
Horas más tarde fue el turno de Eduardo Rabossi, filósofo, ex integrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y actual subsecretario de Derechos Humanos. Rabossi definió su tarea en la CONADEP como “apabullante por su magnitud” y declaró que recibió alrededor de 150 denuncias por día por casos de desaparecidos, alcanzando un total de 8000.
Rabossi habló sobre las visitas que realizó a los centros clandestinos de detención como la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) y el paraje Loma de Torito, sitio ubicado en la jurisdicción del III Cuerpo de Ejército en Córdoba. “Vi enterrar personas y perros salvajes aparecían algunos días después llevándose restos humanos en la boca”, afirmó el actual subsecretario.
Dos actos antagónicos
Las Madres de Plaza de Mayo realizaron durante la jornada de hoy una manifestación en las inmediaciones del Palacio de Tribunales , en protesta del accionar de ex funcionarios de Economía. Al mismo tiempo en el helipuerto del Edificio Libertad, militares de todas las fuerzas participaban del acto por el Día de la Armada.