Por S. Testino y T. Grego
Odebrecht está en la Argentina desde 1989. Durante el menemismo construyó megaobras como el Acceso Oeste o la represa hidroeléctrica Pichi-Picún-Leufú, y se relacionó con varias empresas de capitales nacionales. Las más importantes, por su facturación y alcance, son el grupo Techint, IECSA y Contreras Hermanos: tres empresas que también comparten el epicentro de las denuncias por las que la megaconstructora es investigada en el país.
Se estima que entre 2007 y 2014 Odebrecht destinó al menos 35 millones de dólares a coimas para obtener la adjudicación de licitaciones que le significaron una ganancia de 278 millones. A continuación, los detalles de algunas obras emblemáticas que realizó durante ese periodo junto a su socios argentinos.
El Caso Skanska II
La antigua causa llamada “Caso Skanska II”, por la que el juez federal Daniel Rafecas investiga el pago de sobreprecios en la contratación de las obras para segunda fase de ampliación del gasoducto cuya primera etapa había realizado la empresa sueca, se reactivó en mayo de este año debido a la sospecha de que, además de sobreprecios, pudieron pagarse coimas. Cabe destacar que Odebrecht ganó la licitación de la segunda etapa pero subcontrató a Techint y a Contreras Hermanos para realizar las obras. Estas dos empresas son las que les facturaban a los clientes.
El caso había empezado a investigarse casi en paralelo con el Caso Skanska I, cuando le enviaron al fiscal Carlos Stornelli un sobre anónimo con irregularidades en la segunda extensión del gasoducto. La causa había quedado en la nada, sin embargo, tras la explosión del Lava Jato en Brasil, Contreras Hermanos, socios de Odebrecht en Argentina durante muchos años, quedó implicado en la investigación y la causa se reabrió.
A diferencia de los otros casos, estas causas son del año 2005, mientras que los pagos de coimas por las que se está investigando a Odebrecht habrían ocurrido entre 2007 y 2015.
El soterramiento del Sarmiento
Tuneladora usada en el soterramiento. (Foto: Ministerio de Cultura de la Nación)
Otra de las obras que le fue adjudicada a la constructora brasileña en el país durante el primer período de gobierno de Cristina Kirchner fue el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. En este caso, el adjudicatario de la licitación resultó ser el consorcio integrado por Odebrecht, la española Commsa, la italiana Ghella e IECSA, la ex empresa que Ángelo Calcaterra le había comprado a su primo, Maurico Macri, poco antes de que este último asumiera como Jefe de Gobierno de la Ciudad, en 2008.
“Es una obra que va a retrasar el ferrocarril cien años”, declaró a Publicable el dirigente ferroviario Rubén El Pollo Sobrero, y explicó que, según su opinión, se eliminan los servicios rápidos, las vías se reducen de dos a cuatro, se elimina la salida al puerto, los servicios largos, la conectividad Roca-Sarmiento-San Martín, entre otras. “Si se quiere mejorar el ferrocarril hay miles de obras, pero la verdad que no se hacen porque no se quiere”, concluyó.
Por su parte, fuentes cercanas a la empresa Pampa Energía, el holding que encabeza Marcelo Mindlin, quien compró IECSA al primo de Macri, concluyeron que “en el caso de la Argentina todavía no está acreditado el pago de coimas”.
Techint y Contreras en Brasil
En Brasil, Techint es parte de un expediente en el que se indaga si el esquema de cartelización del Lava Jato se repitió en la Argentina. La investigación relaciona a Odebrecht con las brasileñ Camargo Correa, Andrade Gutiérrez y la Argentina Contreras Hermanos, como socios que trabajaban en conjunto para sobornar a los funcionarios públicos y así conseguir hacerse con las obras y sus ganancias. El juez Marcelo Martínez de Giorgi y el fiscal Franco Picardo llevan adelante esta causa desde el lado argentino, investigando a la compañía nacional.
Depués de que esta información se hiciera pública, Contreras Hermanos rápidamente salió a defenderse. “La empresa no pagó coimas. Ni en Brasil ni en ningún otro país”, comentó un vocero de la empresa en junio de 2017. Por su parte, tanto Techint como sus pares brasileños se mantuvieron en silencio, sin confirmar ni negar la situación.