Por Sabrina Lopardo Chemen
-¿Ves a tu padre parecido a los sindicalistas actuales?
-Mi papá se murió a los 45 años, sumamente joven, y murió por lo que creía que era mejor para todos. Dio el ejemplo al máximo nivel. Los sindicalistas de hoy tienen que tomar ese ejemplo, porque la mayoría de ellos son parte de lo que Tosco llamaba “burocracia sindical”: son sindicalistas que están sentados en sus escritorios, que se alejan de las necesidades y de la realidad que viven sus trabajadores.
-Como hija de un dirigente gremial, ¿cuál es tu posición frente a las causas judiciales que involucran a los sindicalistas?
-No hay nadie que levante el dedo de la moral con autoridad. La corrupción está instalada y los acusadores son tan corruptos como los que acusan. Para apresar a una persona tiene que haber sido demostrado su delito. No puedo estar de acuerdo con las prisiones preventivas porque mi papá estuvo encarcelado más de siete veces nada más que por lo que pensaba.
-¿Qué diría Tosco sobre la vuelta del FMI a la Argentina?
–Mi papá siempre dijo que no había que recurrir al Fondo Monetario Internacional. Y hoy, a casi 50 años del Cordobazo, volvemos a tener el FMI metido en el país. Mi padre creía que los sindicatos son una herramienta de transformación social, la expresión de lo que sucede en las clases trabajadoras; que los sindicalistas tienen que bregar por que la calidad de vida de los trabajadores sea mejor, no peor. En este caso, los sindicalistas se están quedando callados con respecto a la negociación con el FMI.
-¿Intentás parecerte a tu papá?
-Jamás voy a querer parecerme, porque él es un héroe argentino, es un héroe que tenemos en Córdoba. El 29 de mayo de todos los años mi papá nace, la gente lo recuerda y se emociona. Nunca se debe haber imaginado trascender así, formar parte de la historia tanto como lo hace o que con el correr de los años su vida iba a seguir propiciando la unidad. Siempre con honestidad, con principios, la unidad de los que piensan que el pueblo tiene que vivir bien y tener oportunidades. Por eso jamás va a pasar a la oscuridad, siempre va a estar su memoria en alto. Estoy inconmensurablemente orgullosa de ser su hija. Y en honor a él voy a seguir llevando sus palabras a todos lados, porque su pensamiento trascendía el gremialismo. Es lo mínimo que puedo hacer por todo lo que él dio.