Por Jessica Bortis
Ofelia Fernández es feminista y está en campaña para ser legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Frente de Todos, en la lista que encabeza Matías Lammens como precandidato a jefe de gobierno. Tiene 19 años, fue presidenta del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y, de ser elegida, sería la dirigente más joven de América Latina. En su campaña, asegura que la política tiene una deuda con la juventud y el feminismo.
“Quiero ser candidata para que nunca más hablen por nosotras. Llegamos para quedarnos”, escribió en su cuenta de Twitter cuando anunció un lanzamiento que generó varios cuestionamientos por su juventud.
–¿Cómo ves la situación actual de la política argentina?
–Estamos sumergidos en una crisis general por el fracaso total de este gobierno. A partir de los problemas que no supieron resolver, se abrieron varios interrogantes no sólo respecto de las políticas que llevan adelante, sino a cuál es la composición que debe tener el sistema político para enfrentarlas. Esto acercó a sectores que quizá no sean los que estén más anclados en la política tradicional, lo que permitió la entrada de jóvenes como yo y de otros que antes no eran tan tenidos en cuenta.
–¿Percibís más involucrados a los jóvenes en esta elección que en las anteriores?
–Sí, la sociedad en general y la juventud en particular están muy involucradas en este proceso electoral, a diferencia de lo que percibí otras veces. Siento que para los chicos y chicas de entre 16 y 20 años es un primer voto no tanto por inercia ni por obligación, sino porque hay una necesidad de plasmar desde dónde queremos ser parte de esta pulseada. Es muy particular esta elección en ese sentido.
–Considerando el perfil de los precandidatos actuales, ¿es viable que se apruebe la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo?
–Creo que si uno calculaba los números a favor y en contra en 2017, después de las últimas legislativas, era difícil pensar en el resultado del año pasado. Gracias a dar pelea desde el sentido común, en las calles, con expresiones fuertes y símbolos propios que se siguen manteniendo, es muy posible que el tema se debata seriamente y finalmente se apruebe.
–¿Qué importancia tiene la legalización aborto en el programa de gobierno de Frente de Todos?
–A pesar de que hay candidatos que no priorizan este reclamo social, creo que excede la estructura partidaria en sí. Obvio que lo atraviesa, pero es superadora. Si se quiere pensar la política en términos de aborto, tenés a gente que dice querer legislar de manera equitativa, pero en los hechos, por ejemplo, el Presidente se junta con Amalia Granata. Entonces, por un lado ves una fórmula de precandidatos que se pronuncia a favor de la legalización, pero del otro una que no sólo se pronuncia sino que la votó. Desde nuestro espacio somos consecuentes con lo que expresamos. De alguna manera a todos los atraviesa.
–La implementación concreta de la Ley de Educación Sexual Integral también es un problema. ¿Cómo se puede trajabar sobre eso?
–En el marco de la campaña hicimos una ronda de debate en el Parque Centenario para charlar sobre la ley de Educación Sexual Integral. Fueron algunas candidatas del espacio y redactoras de la ley inicial para poder debatir. Pensamos y debatimos sobre la manera de llevar adelante la implementación efectiva de la ley, con el fin de dejar ese legado a un futuro gobierno más allá de que seamos electos o no. Para nosotros es un eje de campaña. No queremos que quede relegado a algo menor. Proponemos que tenga centralidad en la educación.
–¿Te sentís respetada como mujer joven dentro de la política?
–No sé si naturalmente, pero me hago respetar de alguna manera. Es un desafío que no sólo deben enfrentar los jóvenes, sino un montón de sectores de la política que tampoco son respetados. Las mujeres, particularmente las feministas o las que tienen carácter, tampoco son valoradas. Es un trabajo grande en el que debés encontrar alianzas dentro del propio campo, con compañeras que te permitan tener más bancada que hostilidad. Hay un buen camino para eso, y estamos en un proceso superador.