Por Luis Macek

Marianela Galli tiene 29 años, trabaja como bioquímica en un hospital público y, además, forma parte de la interminable lista de personas que representan al país en el mundo del deporte. Su disciplina, la gimnasia de trampolín, nació hace poco menos de un siglo y se integró en la cartelera de las olimpíadas en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Nela, como le dicen sus amigos, compite profesionalmente desde hace once años, ha “saltado” por todos los continentes y ganado medallas de todos los colores. Cuando habla del tema no puede evitar sonreír: “Los mundiales son lo mejor de mi vida, es como estar en un sueño”, dice mirando a un cielo imaginario.

Si se googlea su nombre, aparecen infinidad de videos de Nela haciendo saltos mortales y movimientos que desafían todas las leyes de la física. Resulta casi irreal verla tan quieta a través de la pantalla mientras hace esta entrevista, como si algo estuviera fuera de lugar. “Este año, al ritmo que vamos, ya está perdido deportivamente”, afirma con desgano pero con aceptación. La decisión del Gobierno sobre la restricción de movimiento la sorprendió, como a casi todos, y cambió su rutina de un momento a otro.

-Antes de que se decretara el aislamiento obligatorio, el equipo argentino de gimnasia de trampolín se estaba preparando para los Juegos Panamericanos que se iban a realizar en Estados Unidos. ¿Cómo te encontró la implementación de la cuarentena?
-En ese momento estábamos terminando la pretemporada, trabajando en las rutinas y combinaciones que íbamos a hacer en el Panamericano. Este torneo iba a ser el primero del año. De todas maneras, dudábamos si ir o no porque la Covid ya era un problema en el mundo. Me acuerdo de que el último día que fui a entrenar fue un viernes. El lunes siguiente, por la mañana, recibimos un mensaje avisando que el gimnasio no iba a abrir ese día y que iban a ir viendo si lo hacían el resto de la semana. El martes y el miércoles pasó lo mismo, y ya el jueves directamente cerraron. Fue cuando el Presidente dijo “basta, paramos todo”. Esa última vez que salí del club me dije: “Bueno, lo que no salió ya está, vuelvo el lunes y me enfoco más”. Pero ese lunes no llegó, todavía no llegó.

-Durante estos últimos meses se han visto videos de varios deportistas argentinos entrenando en sus hogares. ¿De qué manera suplís la falta del trampolín?
-Al principio estaba muy activa y trataba de entrenar. Pero después tuve una etapa en la que no tenía ganas de hacer nada y me la pasaba tirada en la cama viendo Netflix. Luego me anoté en un par de cursos, tanto capacitaciones de mi profesión como otros para aprender tejer o cosas del estilo. Mi entrenador sigue dando clases, obviamente solo de la preparación física. Si bien con algunos de mis compañeros tengo contacto virtual, la verdad me hace mucha falta la adrenalina del trampolín y la motivación del entrenamiento en grupo. Extraño la sensación de estar concentrada con la cabeza puesta nada más que en el entrenamiento.

-Antes de la cuarentena entrenabas tres horas por día seis veces a la semana. A pesar de que ahora no podés hacerlo, se te ve bien físicamente. Pero, ¿no tenés problemas para conciliar el sueño, ahora que lo único que te ocupa es ir a trabajar?
-Sí, me cuesta dormir porque ya no tengo el mismo desgaste físico. Yo estaba todo el día afuera de mi casa, y cuando volvía cocinaba, me bañaba y me iba a dormir. Ahora llego más temprano y me pongo a ver videos o algo porque llego menos cansada. Hago gimnasia de manera profesional desde los 10 o 12 años, y nunca había tenido un receso tan largo. Nuestro calendario, en situaciones normales, empieza en enero y termina en diciembre. A lo sumo paramos entre las fiestas y mitad de enero. En vacaciones de invierno seguimos entrenando. ¡Lo que nos va a costar retomar después de esta pausa! Más allá de que por ahí estás haciendo preparación física en tu casa o salís a correr, no es lo mismo que en el gimnasio. Se pierde el manejo del cuerpo y cuesta mucho volver a eso.

-Esa pausa lleva casi seis meses. En la ciudad de Buenos Aires, la Confederación de Gimnasia planteó que el retorno de la actividad debería ser con pocos atletas y rotación de entrenadores. ¿Cómo lo imaginás?
-La rotación sería un problema porque en general todos tenemos el mismo entrenador. En esta actividad, aunque no hay contacto físico, sí se comparten las superficies. De todas maneras, el protocolo ya está aprobado por el Ministerio de Salud y en algunas semanas deberíamos empezar a volver de a poco.