Por Daniela Kempner
El periodista y escritor Reynaldo Sietecase estuvo presente en la Feria del Libro, donde dio una charla en la que repasó sus inicios y analizó el cruce entre ambos oficios, el origen de la crisis del periodismo, la precarización laboral, los valores periodísticos y algunos de sus trabajos.
La literatura como punto de partida hacia el periodismo
Si bien hay colegas que inician su camino en el periodismo y luego incursionan en la literatura, Sietecase hizo el proceso inverso: “Vengo de la literatura, ni siquiera soñaba con hacer periodismo cuando ya había publicado poesías y estaba en grupos literarios. Suelo decir que me nací periodista en un momento, después de haber hecho muchos trabajos distintos. Gané una beca del diario Clarín en 1989 y, después de pasar por esa redacción, los primeros días dije ‘quiero hacer esto’: escribir una nota y volver a mi casa. Comprendí que en el fondo era algo parecido a lo que yo trataba de hacer desde la literatura, que es contar”.
El cruce entre literatura y periodismo
Para el periodista, ambos oficios pueden dar un buen producto final cuando se unen, siempre que sean reconocidos y respetados los límites de cada uno: “Elijo llamarlos ‘Bella y Bestia’ porque suelen copular y muchas veces tienen hijos luminosos y otras veces monstruosidades, así que no es ninguna garantía su cruce. Hago las dos cosas con la misma pasión y trato de que tengan la misma honestidad y rigor. Lo que cambia son los límites. Cuando uno hace periodismo, hay un límite concreto en la verdad de los hechos: lo que uno cuenta debe estar en correlación directa con lo que pasó. Y cuando uno hace literatura, no hay ninguna limitación, se puede hacer lo que uno quiera: inventar, jugar, imaginar, crear personajes y situaciones. Están muy cerca las dos actividades, pero hay que tener muy claro cuándo sirve hacer periodismo y cuándo literatura”.
Kirchnerismo vs. Clarín: el origen del relegamiento de la verdad
Sietecase relaciona el conflicto que surgió durante 2008 entre el kirchnerismo y el grupo mediático Clarín con la pérdida de la verdad como un factor importante en el periodismo: “Cuando comenzó esta guerra post resolución 125, yo estaba conmocionado por los productos periodísticos que veía. La verdad había dejado de ser importante porque sentía que, en nombre de la pelea, era más importante afectar al enemigo que contar qué pasó. Empezaron a pasar cosas muy curiosas que siguen hasta hoy. Una movilización grande en Plaza de Mayo era tapa de cualquier diario, pero ahora depende de qué diga esa movilización para que sea tapa o no. Eso es parte de esta dinámica donde la verdad empieza a quedar relegada en función de la pelea ideológica y los intereses económicos que todos los medios tienen”.
Crisis del periodismo
Sietecase explica que antes la verdad de los hechos era sagrada, por eso no se usaban tanto los condicionales. En la actualidad, hay ciertos factores que relaciona directamente con la crisis que está atravesando el periodismo: “No identificar a las fuentes que hablan o utilizar el recurso de la fuente que es ‘un senador oficialista’ cuando no es para protegerla. Eso se usaba cuando la fuente podía correr peligro. Ahora se usa para decir lo que yo quiero decir, se lo hago decir a una fuente ficticia”.
El periodismo, una profesión en crisis
El escritor convocó a otros periodistas para que escriban sobre la crisis del periodismo. Sobre esa base, estructuró su trabajo “Periodismo. Instrucciones de uso”, una compilación de ensayos sobre el oficio periodístico. “Siempre dicen que el periodismo está en crisis, pero esta vez es múltiple, y eso es lo que la hace diferente. Hay una crisis ética, una vinculada a los medios digitales por el cambio de formato y otra por lo que implica eso en la precarización laboral, la falta de rigor, la grieta, la pelea política, el algoritmo, cómo influye la publicidad en los contenidos”, cuenta.
Su objetivo era visibilizar la precarización en el periodismo: “Es difícil encontrar un periodista que no sea consagrado y no trabaje en dos o tres lados, con lo que eso implica. Es malo para cualquier trabajador, pero para los que trabajan en la información es muy nocivo, tienen un grado mayor de compromiso ético porque los productos que elaboran pueden hacer mejor o peor a una sociedad. El buen periodismo lleva a una sociedad más democrática y justa”, asegura.
Periodismo en la televisión
“El año pasado hice un experimento con un programa de ocho capítulos que pusieron los domingos a la mañana (en referencia a Siglo XXI ATR). Yo venía planteando críticas y me dijeron ‘¿Qué querés hacer?’, les conté que quería un programa con cinco informes por hora y me dijeron que sí, pero que iba a ir en el horario en que se pudiera. Pero es verdad que es muy caro, por eso se hicieron ocho programas. Además, a las 10 de la mañana medía tres puntos. No está tan mal, pero no es lo que habitualmente la gente va a buscar”. Al respecto, recordó una frase de Gerardo Rozín: “Me dijo ‘no le pidas a la televisión más de lo que te puede dar’. Yo pido más contenido periodístico serio y profundo porque, a la larga, tener un buen programa periodístico es como tener una buena entrevista en un diario”.
Entrevistas pendientes
“Lamento no haber entrevistado nunca a Cristina Kirchner. A Macri lo entrevisté, pero antes de que fuera presidente. Al papa Francisco también me gustaría entrevistarlo, a personajes de la literatura, autores que leo, personajes de la política. Por suerte pude conocer a mucha gente que admiraba, y no sé si se lo debo a la literatura o al periodismo”, contó. Para cerrar, reflexionó sobre sus sensaciones al momento de entrevistar: “Lo que más me gusta de las entrevistas es aprender de lo que estoy escuchando, es interesante ese proceso. Cuando entrevistás, siempre aprendés del otro, eso es clave para un periodista. Tenés que empatizar, eso es contar de otra manera”.