Por Lautaro Solis y Leyla D’Elia

Cancha de Independiente, escenario novedoso, en el corazón de la Avellaneda industrial. Juegan al rugby, nada menos. Tras sonar el himno de Argentina, interpretado por Sandra Mihanovich, seguido del de Sudáfrica, el árbitro dió el pitazo inicial y Los Pumas hicieron el kickoff. Los primeros cinco minutos se jugaron en el campo de los sudafricanos, que estuvieron muy incómodos ya que fueron presionados constantemente por el conjunto argentino. Luego de que los argentinos anotaron los primeros tres puntos del partido a través de un penal, los Springboks tuvieron sus primeras posesiones en campo rival y le sacaron provecho atacando de forma muy directa y frontal. Convirtieron un penal de los dos que tuvieron.

A partir de los 20 minutos, el partido tomó otro rumbo. Sudáfrica se adueñó de la pelota y del juego. En un lapso de 12 minutos, metieron tres tries; a Los Pumas les costó defender la ofensiva sudafricana. Además, el primer try fue aún más doloroso ya que le sacaron amarilla al apertura Carreras, por lo que estuvo fuera diez minutos. El conjunto visitante fue práctico y efectivo en casi todas sus posesiones. Simple y directo resultó el juego de los campeones del mundo. Lo positivo para los locales fue otro penal convertido y que hubo un try de Sudáfrica no contabilizado al último minuto. Resultado parcial: 22 A 6 para los visitantes.

Los jugadores de ambos partidos antes del scrum.

La selección argentina salió con otra cara al segundo tiempo. A pesar de empezar con uno menos debido a la amonestación del medioscrum en los últimos minutos del primer tiempo, Los Pumas mostraron un cambio de actitud notorio y por esto levantaron al público. Si bien no pudieron sumar puntos, dominaron los primeros 20 minutos a base de una buena circulación de pelota y buenas recuperaciones. Los Springboks ya no penetraron ni disfrutaron de largas posesiones como en el primer tiempo.

El tramo final del partido tuvo tintes de épica hasta el final. Los Pumas jugaron bien cerca de la línea de cinco durante tres minutos hasta que su buen juego fue recompensado con un try penal (siete puntos). Con el envión anímico, más el aliento eufórico de los hinchas, Argentina siguió presionando y atacando; el ingresado Moroni logró cortar la defensa de Sudáfrica y apoyó la pelota en el in goal de los visitantes. A falta de 11 minutos, Los Pumas pusieron el partido 20-22 a favor de los Springboks. Lamentablemente, Sudáfrica mantuvo la calma y volvió a controlar el partido. Marcó dos tries más en cinco minutos y cerró el partido con un resultado de 36-20. De esta manera terminó con la ilusión albiceleste que tendrá revancha ante el mismo rival el 24 de septiembre.

Edición: Leyla D’Elia