Por Micaela Rafaniello y Carmela Melón Gil

Proscenio es un cortometraje que sumerge al espectador en el mundo del teatro. Dirigida por Francisco Bereny y Axel Cheb Terrab, la trama se centra en la ausencia repentina de la diseñadora de vestuario de una obra, que desencadena una serie de eventos que exploran los juegos de egos, las historias de amor y los encuentros y desencuentros paternos entre los actores, el director y los espectadores. El elenco está compuesto por Hernán Cuevas, Pablo Ragoni, Camila Peralta, Javier Kussrow, Luna Mazzeo, Iván Nofal y José Virasoro, con la participación especial de Charo López.

En el vibrante mundo del teatro, donde las luces y las sombras se entrelazan en cada actuación, se desata un drama que va más allá de las tablas. Exhibido con entradas agotadas en el Bafici, Proscenio enreda al espectador en la compleja telaraña de emociones y relaciones en la que se ponen en juego las múltiples caras de los actores, las historias de amor, los vínculos jerárquicos y los dramas que se pueden vivir en un día de estreno.

Cuanto más perfeccionista quieras ser, más temprano te vas a chocar contra la pared. Y eso también te forma”, reflexiona Cheb Terrab, uno de los directores, cuyas palabras resuenan con la intensidad de las actuaciones que retrata. El proceso creativo detrás de Proscenio es tan intrigante como la trama misma. “Fui a ver una obra y me ubicaron tras bambalinas. Con las acciones ahí y viendo qué hacían los actores, de qué charlaban y cómo interactuaban, me pregunté por qué en el teatro eso puede pasar, pero en el cine, si se ve una cámara o un micrófono, está todo mal, analiza, y agrega: “Exploré si el cine puede empatizar con la ficción a pesar de que se pueda revelar el artificio”.

Proscenio se exhibió a sala llena en el Bafici.

El proceso creativo fue una colaboración entre los directores Cheb Terrab y Bereny: “Tomó siete días escribir Proscenio. Fue lo más fácil porque Fran y yo nos conocemos mucho”. Esta conexión creativa se traduce en una narrativa fluida y cautivadora que atrapa al espectador desde el primer acto hasta el último.

Sobre el mundo del teatro y el cine, Cheb Terrab cuenta que le interesó mucho ver a los actores saliendo de personaje en el acto y volviendo a entrar: Ver a dos personas en una misma persona en menos de cinco minutos es muy interesante”, comparte. Cada momento en Proscenio es una oportunidad para explorar las múltiples capas de la existencia humana, tanto en el escenario como en la vida cotidiana. Siempre supe que quería dirigir cine. Desde muy chiquito, me compraba los DVD de Star Wars y me enganchaba más con el detrás de escena que con la película. Ahí entendí que las películas las hacen personas y no se hacen solas”, compartió el director.

Al final, Proscenio no solo es una película sobre el teatro y sus intrigas, sino también sobre el proceso creativo y la complejidad de las relaciones humanas. Con citas textuales que revelan la profundidad de la experiencia detrás de la pantalla, esta película invita al espectador a un mundo donde la realidad y la ficción se entrelazan de manera fascinante.