Por Malena Loria
En el límite entre los barrios porteños de Caballito y Villa Crespo, hay un lugar que marcó la historia del trap argentino: Antezana 247, conocido popularmente como “La Mansión”. Esta casa, con una fachada hoy repleta de graffitis y homenajes a sus antiguos residentes -Duki, Ysy A y Neo Pistea- es el núcleo de un movimiento musical que captó la atención de jóvenes tanto en Argentina como en el extranjero.
Los tres artistas no sólo formaron una gran amistad dentro de estos muros. También crearon el grupo “Modo Diablo”, que grabó algunos de los éxitos iniciales del trap argentino como Tamos loco y Vuelta a la Luna. El interés por conservar “La Mansión” como un lugar simbólico de ese inicio llevó a los admiradores a movilizarse políticamente para reclamar que sea declarada Patrimonio cultural. “Siento que la casa estaba destinada a ser, no podía ser más una casa de familia”, dice Alejandro Farache, uno de los dueños de la vivienda. “Las personas vienen todos los días y a toda hora a ver la casa, ya sea para sacarse una foto o dejar una marca en las paredes. Se acercan de todas partes, desde fanáticos que viven en México hasta de distintos puntos del conurbano bonaerense“, agrega. Farache siempre creyó en que su hogar era más que un espacio físico y que ahora es un símbolo del éxito de quienes comenzaron su camino artístico allí.
Cuando Antezana 247 estaba a la venta, y con el deseo de cuidar su valor simbólico, los seguidores organizaron visitas y acciones para garantizar que sea recordada y preservada para futuras generaciones como un testimonio vivo de la historia de la escena musical argentina. De esta manera, crearon un perfil de Instagram en el que buscan visualizar la causa y obtener las firmas necesarias para que su petición sea atendida por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Actualmente, “La Mansión” no está en venta, pero se prevé que lo estará pronto. Farache considera que lo único que puede hacer es “promover lo que pasó dentro de la casa y esperar la llegada de un grupo inversor que pueda transformarla en un espacio abierto al público”. En cuanto a sus deseos, dice que le “gustaría que sea un lugar de culto y temático que pueda reflejar que la casa es la cuna del trap argentino”.
Edición: Mia Baldi y Sofía Guitler