Por Inés Yawien y Abril Lamia

Tras los múltiples debates, la Cámara de Diputados finalmente aprobó el regreso de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias desde el mes de julio. El mínimo no imponible se estableció en 1,8 millones de pesos brutos para los solteros y en 2,2 millones para los casados con hijos. De este modo, volverán a pagar el tributo alrededor de 800 mil trabajadores que habían sido eximidos durante la gestión de Alberto Fernández, con alícuotas que van del 5 al 35 por ciento. La clase media está pagando un precio muy alto por toda esta medida“, sostiene el economista Pablo Tigani.

El presidente Javier Milei logró a través de la Ley Bases, con 147 votos a favor y 107 en contra en la Cámara de Diputados, reimponer el tributo que había sido eliminado el año pasado. “Lejos de cumplir con el compromiso de cortarse la mano antes de aumentar los impuestos, el Presidente, que votó quitar este impuesto en el mes de diciembre, lo está restableciendo a solo seis meses de haberlo aprobado, opina Tigani.

Para un empleado soltero con dos hijos menores de edad a su cargo, el salario bruto más bajo alcanzado por el impuesto será de 2,1 millones de pesos, que equivale a un sueldo neto de 1.781.277,39 pesos. En el caso de un empleado casado con dos hijos menores a cargo, quedará eximido del pago del impuesto con un salario bruto inferior a 2,4 millones de pesos, es decir, un sueldo neto de 2.081.277,39 pesos. Además, la actualización del mínimo no imponible se hará de forma trimestral durante este año, en septiembre, y luego de forma semestral a partir del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Este cambio –explicó Tigani– afecta de manera negativa a la clase media, a los trabajadores en relación de dependencia y a los que son autónomos.

La Confederación General del Trabajo (CGT) se manifestó respecto de las nuevas medidas en un comunicado: “Estas políticas impulsadas por La Libertad Avanza van de la mano de un blanqueo impositivo y de la renuncia del Estado a una fiscalización efectiva y eficiente en múltiples materias, particularmente en la laboral. Se condonan multas, se fomenta la evasión y el fraude en materia laboral, se desfinancian los sistemas de seguridad social, pero se generan nuevos contribuyentes: los trabajadores, imposibilitados de las prerrogativas de evasión o blanqueos de las que se benefician los grandes contribuyentes”.

El proyecto aprobado también introduce cambios significativos en la normativa laboral vigente. Por un lado, se eliminarán las exenciones para las diferencias entre el valor de las horas extra y las horas ordinarias trabajadas durante feriados, días inhábiles y fines de semana; por otro, se eliminarán las exenciones aplicables a bonos por productividad, pagos por fallo de caja y los ingresos provenientes de guardias médicas. Adicionalmente, ya no se permitirán deducciones de montos de la base imponible por conceptos de viáticos y gastos de movilidad. Este impuesto a las ganancias no es el que se le cobra a las empresas sino a los trabajadores, así que más que un impuesto a las ganancias es un impuesto al trabajo, afirma Tigani.

Edición: Gabriela Stancato y Sofía Guitler