Por Micaela Rafaniello y Carmela Melon Gil

A principios de junio, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich visitó El Salvador y tuvo un encuentro con César Flores Murillo, director de la Academia Nacional de Seguridad Pública. Ambos recorrieron la cárcel más grande de América con el objetivo de replicar el modelo penitenciario contra el narcotráfico en la Argentina

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es la megaprisión inaugurada por el presidente salvadoreño Nayib Bukele el 31 de enero de 2023, que se convirtió en un símbolo de su “guerra contra las pandillas” y de una política de seguridad sin precedentes a nivel nacional e internacional.

Esta cárcel se hizo conocida por las estrictas condiciones de vida de los reclusos. Sin horas al sol ni visitas, rapados, con solo dos comidas al día, siempre vestidos de blanco, todos los días se parecen al anterior en el CECOT y todos los reos son iguales. Según Antonio Valencia, periodista de Diario Co Latino, “hay justificación de sobra por todos los niveles de violencia que se viven; por eso en términos generales la construcción de la cárcel fue bien recibida por la gente“.

Si bien el anuncio de la cárcel fue una promesa para terminar con la violencia pandillera, los salvadoreños la aceptaron en parte porque el anunciante fue Nayib Bukele. Según los resultados provisionales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Bukele obtuvo más del 85 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales celebradas en febrero. “Hay aceptación de la gente, pero va de la mano con que el presidente también tiene niveles altos de aceptación. Muchas cosas, por no decir todas, son apoyadas por una gran cantidad de personas. Entonces, el anuncio de la cárcel fue recibido como algo muy positivo porque se supo vender como una herramienta que iba a contribuir dentro del marco del régimen”, explica el periodista.

IMITANDO A BUKELE

La intención en la Argentina no es muy diferente, aunque los niveles de violencia sí lo son. Si bien en Rosario los homicidios son múltiples y la inseguridad es casi incontrolable, en El Salvador las pandillas se cobraron vidas inocentes durante años. “El problema de seguridad en la Argentina, que existe, tal vez no sea tan apremiante como lo era en El Salvador. Las medidas no tendrían que ser tan drásticas porque no necesitan resolver un problema tan grande”, comparó el mandatario salvadoreño.

En marzo, se conoció mediante notas y fotografías que Bullrich intentó copiar el “modelo Bukele” en Rosario, pero solo obtuvo más violencia: Bruno Bussanich, playero de una estación de servicio, fue asesinado por sicarios, quienes dejaron una contundente amenaza dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro y el ministro de Seguridad Pablo Cococcioni. “Esta guerra no es por territorio, es contra Pullaro y Cococcioni. Así como nosotros llegamos a trescientos muertos, estando unidos vamos a matar más inocentes por año”, advertían. 

En los últimos días, Patricia Bullrich le pidió la renuncia a su segundo, Vicente Ventura, por “incongruencias” en su gestión. La decisión fue tomada “por haber intentado interferir en un proceso licitatorio de servicios de comida para el Servicio Penitenciario Federal” e informaron que se hizo “la correspondiente denuncia a la Oficina Anticorrupción para que tome intervención”.

En su lugar se incorporó como secretaria de Seguridad a Alejandra Monteoliva, una exasesora de Bukele que también fue funcionaria de Juan Schiaretti y José Manuel De la Sota en Córdoba. “Alejandra es la persona adecuada para este tiempo histórico de cambio de paradigma en seguridad que nos toca enfrentar. De probada experiencia como consultora en seguridad en países como Honduras y El Salvador, donde trabajó en el exitoso ‘Modelo Bukele'”, publicó la ministra en la red social X.