Por Alejo Bernhardt

La Ley Bases aprobada por la Cámara de Diputados la semana pasada incluyó las modificaciones realizadas durante el paso del proyecto por el Senado. Entre esos cambios hay cinco que afectan la letra original del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI).

Una de las principales preocupaciones de la oposición era que el incentivo suponía una posible competencia desleal para las empresas nacionales. El proyecto original planteaba un régimen aplicable a cualquier sector, mientras que su última modificación circunscribe las inversiones a los sectores forestoindustrial, y de turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas.

El RIGI no perjudica directamente a ninguna empresa, hablando del modelo que quedó con las últimas modificaciones que hizo el Senado. Apunta a sectores estratégicos donde no hay competencia: una empresa extranjera podría entrar y robarle mercado a una empresa nacional”, aporta el economista Juan Manuel Telechea.

Otro de los cambios importantes contempla un incentivo a los proveedores nacionales. El inciso L del artículo 174 específica que cada proyecto de las empresas que aterricen en la Argentina a partir del RIGI deberá dirigir al menos un 20 por ciento de la totalidad de la inversión a proveedores nacionales.

“El proyecto original no tenía ningún tipo de medida de política industrial, que son características de este tipo de iniciativas. Por ejemplo, obligar a las empresas a utilizar proveedores o empleo locales. Eso se modificó en el Senado y es un aspecto positivo para las empresas locales”, agrega Telechea.

El economista afirma que algunas empresas ya radicadas en suelo argentino podrán adherir al nuevo régimen: “Algunas ‘grandes nacionales’ van a poder porque son inversiones importantes. Ellas se van a beneficiar por todas las exenciones y disposiciones da el RIGI”, concluye.

Edición: Lisandro Prada Vanini