Por Carola Scialabba

Gustavo Iusim, apodado Gustavo Kosem por la traducción de su profesión al hebreo, descubrió el amor por la magia en su infancia y lo transformó en su vida. Antes de emigrar hacia Israel, hace 24 años, fundó la Red de Magos Solidarios en la Argentina, una iniciativa solidaria que llevó consigo y que, con el apoyo de su familia, continuó desarrollando en el país.

–Vivís en una zona signada por los conflictos. ¿Alguna vez tuviste miedo de morir?
–Yo nunca tuve miedo. Vivo en Netanya, un lugar seguro, alejado de Gaza, y existe la Cúpula de Hierro, un sistema diseñado para interceptar los proyectiles antes de que impacten. Tranquilamente podría quedarme donde vivo y no arriesgar mi vida acercándome a las fronteras para hacer magia, pero no está en mí ser indiferente a la situación de guerra.

–Una particularidad de tu carrera es que llevás la magia a los refugios. ¿Qué hizo que te interesaras por esa actividad?
–En un congreso de magia conocí a una chica encargada de entretener a enfermos de cáncer en hospitales de la zona. Ella buscaba a alguien que se ofreciera para hacer un show. No lo dudé, fui voluntario y, desde entonces, cada vez que entramos en guerra viajo para estar cerca de los refugios.

–En la Argentina habías sido parte de la creación de la Red de Magos Solidarios; ahora tenés un proyecto llamado Magia sin Fronteras ¿Cómo surgió esta nueva iniciativa?
–Empezó cuando me fui de vacaciones a África y se acercó una persona del lugar preguntándome si podía hacer un show para los locales. Yo acepté, el señor trajo un megáfono para anunciar el show y llegaron más de trescientas personas. Al principio pensaban que éramos brujos porque jamás habían visto magia. Hicimos tres shows ese día. Desde entonces, cada vez que me voy de vacaciones busco un lugar donde nadie haya visto un mago y dedico un día entero. Por ejemplo, cuando fui a Tailandia me contacté con el embajador de Israel e hicimos un recorrido por dos hospitales. Nos trataron de maravilla y hasta vino la prensa porque les resultaba inédito que un extranjero fuera a hacer algo solidario.

–¿Cómo compatibilizás tu trabajo y tus acciones solidarias con tu vida familiar?
–En mi familia todos tenemos los mismos valores y compartimos la idea de llevar alegría al público. Hoy nuestro foco está en hacer magia para los ciudadanos de las fronteras que tuvieron que desalojar sus casas y mudarse a hoteles para refugiados en Netanya, mi ciudad. Armamos shows para entretenerlos, juntamos ropa, comida y pañales y hacemos espectáculos.

–¿Qué te impulsa a involucrarte de esa manera?
–La magia es mi pasión y creo que, cuando uno da, siempre recibe. No es necesario que haya una guerra para ayudar: en la Argentina no había guerra, pero había pobreza, necesidades, niños enfermos. Hago magia solidaria en todos los lugares a donde voy. En la Argentina, en 1999, fundé junto a un grupo de magos la Red de Magos Solidarios (Red MASO) con la idea de recaudar dinero y ayudar a personas en situación de vulnerabilidad. Actualmente soy uno de sus representantes a nivel internacional.

–¿Cuál fue el proyecto más importante?
–Uno de los que más me emocionan fue haber recaudado dinero para una niña que necesitaba con urgencia un respirador. Nos contactamos con otro mago y pusimos todo en funcionamiento para que a nivel internacional se juntaran los fondos. En otra ocasión, por ejemplo, organizamos un espectáculo para sobrevivientes del Holocausto.

LOS PREPARATIVOS PARA EL ANIVERSARIO

La Red de Magos Solidarios fue fundada en 1999 y, desde entonces, sus integrantes llevan el arte de la magia a escuelas rurales, hospitales, hogares y lugares carenciados. El foco de acción está puesto en la Argentina, pero su solidaridad se expandió también a países limítrofes, el resto de Latinoamérica y Europa a través de distintos representantes. Esta asociación funciona como una ONG. Actualmente su presidente es José Luis Bory, conocido por sus colegas como Mago Baiuka.

Los integrantes de la asociación y sus voluntarios organizan viajes para acercar su magia a quienes lo necesiten. “En junio viajamos a Santiago del Estero para visitar dos escuelas rurales que apadrinamos, una de las cuales fue construida por nosotros. Esta vez llevamos útiles, noventa guardapolvos e hicimos shows para los niños”, cuenta Bory sobre las acciones de una entidad con representantes en todo el mundo y vinculada con la Federación Internacional de Sociedades Mágicas (FISM), lo que les da aval para participar de competencias internacionales.

Su presidente detalla: “Varios magos fueron a competir a través de nosotros. Uno de ellos es Oscar Maderna, conocido en el ambiente como Tony Montana, que ganó el premio en el mundial de 2019. También estuvo el mago Marcel en la competencia a nivel latinoamericano”. Actualmente, el foco está puesto en los preparativos para el evento de celebración del 25º aniversario de la Red, que se realizará en el ciudad de Buenos Aires a fines de este mes.