Por S. Guitler, I. Sosa, G. Stancato y R. Meschini

Poeta, escritora y compositora: con su característico pelo corto y su voz dulce llegó a miles de hogares, y con sus opiniones se ganó un lugar en la historia como una de las mujeres más influyentes de la cultura argentina. María Elena Walsh escribió populares y eternas canciones infantiles, pero también cartas públicas a dictadores, himnos de protesta y textos animando a las mujeres a cuestionar el patriarcado. Hoy continúa siendo una de las voces argentinas más intrépidas y provocadoras.

CANTANDO COMO LA CIGARRA

A pesar del paso del tiempo, las letras y música de María Elena Walsh dedicadas al público infantil continúan siendo profundamente relevantes. Su trabajo para niños comenzó en los años 60 con su primera publicación, Tutú Marumbá, que incluyó, entre otras, la conocida y eterna canción “El reino del revés“. 

El trabajo de María Elena fue reinterpretado por numerosos artistas a lo largo de los años. La banda Rock and Walsh, que comenzó en 2014, hace un homenaje a sus baladas infantiles y a su legado. “Sus ideas son contestatarias y rebeldes, pero con alegría, amor y picardía. Muchas de sus canciones tienen un doble sentido, con ideas políticas disfrazadas de juego“, dice Vanesa Aguirre, una de las fundadoras. 

Combinando música, teatralidad y una profunda conexión emocional con el legado de la artista, Los Rockan, como los apodó cariñosamente su publicó, no solo rinden homenaje a una de las figuras más importantes de la cultura argentina, sino que también invitan a las nuevas generaciones a descubrir su obra de una manera única y divertida. En cada show, logran que el pasado y el presente se entrelacen en una verdadera fiesta de arte, música y emoción. 

El repertorio de Los Rocan se elige cuidadosamente para resonar con el público. “Nos guiamos por las canciones que más disfruta la gente. Todas las obras de María Elena son divertidas y juguetonas, y queremos que el público siempre se sienta parte del show”, aseguran. Uno de los temas más destacados es “Como la cigarra“, una obra profundamente emotiva que habla de la resiliencia. “Es un himno para la Argentina, porque reivindica la memoria“, dice el cofundador de la banda, Juan Bautista Carreras.

TANTAS VECES ME BORRARON

Cuando la Argentina salió del período de golpes de Estado en 1973 y el primer gobierno democrático en siete años asumió el poder, María Elena publicó “Como la cigarra”, sin saber que se convertiría en un himno popular de esperanza y resiliencia años después, durante la dictadura comenzada en 1976 por Jorge Rafael Videla. Las estrofas “tantas veces me borraron / tantas desaparecí“, que resonaban en bares, calles y cafés, fueron silenciadas por los militares que censuraron a la cantante y a aquellos otros que se atrevieron a repetir sus palabras, como Mercedes Sosa, quien se fue al exilio y grabó su propia versión desde México. 

Walsh, por su parte, se había retirado: a partir de 1978, dejó de componer y de cantar ya que sentía que la situación sociopolítica era limitante a la hora de armar un repertorio sin “hacerle cosquillas al poder”. Sin embargo, siguió posicionándose políticamente y manifestándose, no a través de su música sino de escritos que enviaba desde el exterior. 

En 1979, publicó en Clarín “Desventuras en el País-jardín-de-infantes”, un artículo sobre cómo el gobierno de facto estaba matando la cultura, tanto literalmente, ya que había artistas desaparecidos, como simbólicamente, a través de la censura: “El que calla es porque está muerto, generalmente de miedo”. A partir de esa publicación, sus canciones y textos pasaron a estar prohibidos en canales de televisión y radio. “Han convertido nuestro llamado ambiente cultural en un pestilente hervidero de sospechas, denuncias, intrigas, presunciones y anatemas. Es, en definitiva, un estafador de energías, un ladrón de nuestro derecho a la imaginación”, manifestó, resistiéndose a ser silenciada.

SEPA POR QUÉ ES MACHISTA

El activismo feminista de María Elena Walsh no tiene el mismo reconocimiento que sus artículos periodísticos o canciones infantiles y, sin embargo, fue una de las primeras artistas en incorporar estos temas.

Desde los 24 años compuso poesía crítica, como se muestra en “Las que cantan”, un poema publicado en 1957 en la revista Sur, de su amiga Victoria Ocampo: “Vengo a decir que en los rincones / más difíciles del planeta / están cantando las mujeres / con voz de pueblo escarmentado. / Se supone que vociferan / para morir un poco menos”.

Otro de sus poemas, “La feminista”, fue incluido en el libro El feminismo, publicado en 2024 por la editorial Alfaguara: “Sucede que ya no aguanto / que en la calle me grités / a la primera de cambio: / ‘¡Tenía que ser mujer!’. / Soy mujer y me equivoco / pero vos ¿quién te creés?”.

Más adelante, en 1973, escribió “Carta a una compatriota”, que se publicó en la revista Extra: “Las feministas no tenemos odio, tenemos bronca. El odio es cosa de hombres. Estamos hartas de odio, aunque venga empaquetado en sublimaciones y piropos. No hemos declarado la guerra, sino que señalamos que existe y tiene los años de nuestra civilización”.

Uno de sus escritos más osados es “Sepa por qué usted es machista”, publicado originalmente en la revista Humor en 1980. Dora Barrancos, socióloga e historiadora, la recuerda: “Fue un rayo luminoso en tiempos que aún era menguada la identidad feminista. Fue capaz de crear, retar y existir con la holgura rotunda de su deseo y sus sentimientos. Consiguió veneración cuasi universal porque su arte impregnó todas las clases, edades y géneros. Arte mujer/mujer arte que se desplegó sublime incitando a la belleza, la justicia y la equidad“.