Por Faustina Ganin, Santiago Piro y Josefina Girotti

El 24 de julio, el gobierno de la Nación eliminó la cuota de pantalla para el cine argentino, que regulaba la emisión de filmes nacionales en televisión. Además, el Poder Ejecutivo redujo del 50 al 20 por ciento los subsidios a la producción de películas nacionales que provienen de los fondos recaudados por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), al igual que los gastos de personal e inversiones. También, restringió el máximo de cada subsidio al 50 por ciento del costo de producción total del proyecto.

En el primer trimestre de 2024 se estrenaron 102 películas nacionales, en promedio la misma cantidad estrenada en el primer período del año pasado. Sin embargo, el número de espectadores que concurrieron al cine para ver producciones argentinas cayó un 72 por ciento. En el marco de la reestructuración del INCAA, el gobierno de Javier Milei anunció a través de un comunicado del Ministerio de Desregulación y Modernización del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, que “no financiará más películas que prácticamente no lograron captar la atención de los espectadores”.

Publicable conversó con Julio Ludueña, directivo de la agrupación de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), sobre la situación actual del cine argentino frente a las políticas de recorte.

—¿Cómo afectan al DAC los recortes presupuestarios dispuestos por el gobierno y de qué manera el DAC puede encontrar una salida que les permita seguir fomentando el cine nacional? 
—DAC es una sociedad de gestión sin fines de lucro que representa y distribuye los derechos de autor de las y los directores de cine y televisión y, por lo tanto, no depende del Estado y no está dentro de nuestras posibilidades tomar medidas sobre recortes presupuestarios gubernamentales.

—¿El recorte presupuestario al INCAA realmente influyó en forma positiva para enfrentar la crisis económica, como dice el gobierno, o solo se trata de una provocación en el marco de la “batalla cultural”?
—El recorte presupuestario al INCAA es parte de la batalla con que el actual gobierno combate a toda la cultura en general.

—¿Cómo es la situación actual del INCAA y hasta qué punto afectan al DAC los recortes presupuestarios? ¿Hay algún canal de diálogo abierto para encontrar soluciones en conjunto frente a las medidas del gobierno nacional de desfinanciar el cine?
—La situación actual del INCAA es de paralización y desfinanciación, al no incorporar el aporte de las plataformas digitales al fondo de fomento. A la vez, se ha llamado a varios concursos de ficción y documental cuyos premios para la realización tienen un valor ocho veces inferior al verdadero costo medio actual de un largometraje nacional. Esta situación afecta la creación de nuevas obras, reduciéndose solo a las que quieran financiar las grandes corporaciones internacionales. Prácticamente no hay canales de diálogo abiertos y la única solución posible sería la sanción por el Congreso Nacional de la nueva ley audiovisual, que ya fue presentada y que debe tratar el Poder Legislativo. 

Este año el porcentaje de espectadores en el cine para ver producciones nacionales cayó un 72 por ciento con respecto al año pasado. ¿Hay alguna posibilidad de revertir esa tendencia, es posible encontrar caminos que mejoren la situación en lo que resta del año y en 2025?
—Sin la nueva ley audiovisual, propuesta por el Espacio Nacional Audiovisual desde 2022, que actualiza la producción de acuerdo a los nuevos paradigmas técnicos y comerciales existentes, no puede existir futuro para la industria audiovisual argentina.

—¿Qué tan accesible es producir una película en la Argentina para quienes tienen su primera experiencia en el mundo del cine? ¿Qué aporte realizan las empresas privadas para alentar la producción cinematográfica en el país?
—A partir de 2024 es prácticamente inaccesible, salvo en el caso de contar con el dinero propio necesario para poder hacerlo. Las empresas privadas no alientan la producción cinematográfica en la Argentina ni en ninguna parte del mundo, sino que contratan parte del talento existente para realizar algunos contenidos que consideran atractivos para su público buscado o para sumar a sus catálogos.

—Hoy, para realizar una producción, ¿es imprescindible contar con el aporte de fondos de productoras extranjeras, o se puede concretar un proyecto con producción y fondos nacionales?
—El aporte de productoras internacionales es imprescindible en las actuales circunstancias. La otra alternativa es financiar con recursos propios o resignarse a intervenir en esos llamados a concurso convocados por el INCAA, realizando por su escaso presupuesto películas muy precarias reducidas a la más mínima posibilidad de competencia. Mientras no se consiga la sanción de una nueva ley audiovisual, trabajar con una productora internacional o plataforma es hoy la única esperanza para el cine y la televisión argentinas, pero esa difícil posibilidad significa también renunciar como autor a la libre elección y expresión del contenido.