Por Martina Fernández Souto
“Todo el tiempo parece que tenés que dar examen para contar lo que sabés. Soy periodista de cine, series y tecnología, y fue largo el trecho. Arrancando, además, como locutora. Era como: ‘Bueno, para vos es el clima’”, afirma Verónica Carelli, licenciada en Comunicación desde 2012, en referencia a las desigualdades de género que siguen marcando el día a día de muchas mujeres, tanto en el ámbito laboral como en la vida personal. A pesar de los avances en derechos y representación, persisten diferencias alarmantes en aspectos tan básicos como el salario, el acceso a oportunidades y el trato durante la maternidad. La actual periodista de Mega y Radio 10 se pregunta: “¿Hay una mayor igualdad en las radios? Sí, qué sé yo. ¿No se cosifica a la mujer? Y no, porque no está bien visto. Pero andá a saber qué sigue sucediendo en las mentes de las personas”.
-¿Cómo ves el rol de la mujer en el periodismo?
-Creo que todavía falta mucho por alcanzar, por conquistar. Todavía no hay equidad en las pantallas, si bien en muchas se intenta igualar la cantidad de hombres y de mujeres o de personas de distintas identidades. En radio muchas veces no se consigue y se desestima la necesidad de que haya otras voces. El rol de la mujer en el periodismo se puede evaluar en tanto y en cuanto la mujer esté en el periodismo y esté en pantalla. Después, hay que ver qué hace una mujer frente a una pantalla o en la radio, si cuenta algo interesante y tiene para opinar o simplemente da el clima, el tránsito, baila un rato, muestra las piernas y tiene alguna que otra cosa para contar. Antes era mucho más marcado el tomar mujeres con ciertos cuerpos más hegemónicos para decir el clima o mostrar las piernas. Quizás hoy no está marcado, pero sigue apareciendo.
-¿Creés que por ser mujer tu salario cambia?
-Primero hay que ver cuántas personas conducen en la televisión y en radio. Más allá de hablar de plata, hay que decir que no hay tantas mujeres. Y esas mujeres, ¿qué roles ocupan? ¿Los de conducción y más preponderantes, que pueden exigir un salario mejor? ¿O siguen estando como las que hacen el tránsito, las que dan el tiempo, las que co-conducen? Ahora, esa mujer que co-conduce o conduce probablemente cobre menos que el conductor masculino. Entonces, ¿por ser mujer tu salario cambia? Sí, 100%. En los roles de poder, más. La conducción es un rol de poder, jefe es un rol de poder. ¿Cuántas mujeres hay en esos roles? Porque para ser jefe, la lógica dice que tenés que ser “hija de”, acostarte con alguien o maltratar como maltrataría un hombre. Esas son lógicas del patriarcado que una reproduce y de las que una sigue siendo víctima. Con todo este análisis, hay que entender que somos pocas las mujeres en roles de poder.

-¿Y qué pasa una vez que se llega?
-Las que llegan a ese rol de poder, por los medios que sean, muchas veces no pueden negociar un salario acorde por todo lo anterior. Además, muchas veces las mujeres tienen esta cosa del síndrome del impostor: ‘Llegué a este lugar porque seguro soy todo esto anterior, no por mi talento, no por mi capacidad’, y seguramente tengan que trabajar el doble porque somos el triple de aplicadas. En cambio, cuando los hombres llegan son naturalmente líderes y no se cuestionan esto, van adelante y piden el salario. Las mujeres no. La periodista de judiciales debe cobrar seguramente menos que el periodista de judiciales. Porque, insisto, los hombres negocian mejor su sueldo que las mujeres por un tema de sentirse impostoras y no sentirse merecedoras de ese lugar y de ese sueldo.
-¿Cómo influye el patriarcado en las redacciones?
-En la visión y en la selección de temas. Lo patriarcal se construye a través de la selección de noticias, que van dejando de lado las cuestiones que tienen que ver con género, con el rol de la mujer, con disidencias, con un salario digno para todas; con que, si sos madre, tengas la garantía de poder tomarte una licencia. Por ejemplo, hoy soy madre y tuve mi licencia. Pero, ¿mi lugar está asegurado? ¿Cuánto tiempo más de licencia me puedo tomar? Si quiero volver a trabajar, ¿tengo un lugar donde poder extraerme leche? El 8% de las redacciones o de las empresas tienen lugares donde las mujeres nos podemos extraer leche y refrigerarla para nuestros bebés. Todo eso influye, porque no se tiene en cuenta ni se tiene la perspectiva a la hora de construir una redacción amable para mujeres que desean ser madres, que no lo deseen o que desean tener otro tipo de rol.
-¿Viviste alguna situación donde fuiste subestimada?
-Sí, muchísimas. Arranqué como locutora, y no sé quién dijo que la locutora tiene que decir el clima, porque lo tendría que decir un meteorólogo, y la temperatura y la hora. Todo el tiempo tenía que decir: “Voy a trabajar, pero no de locutora. Yo quiero hacer cobertura periodística, voy a los eventos”. Todo el tiempo hay que esforzarse y mostrar que sabés, que hacés, que estudiaste, que fuiste, que hablaste con tal. Todo el tiempo hay que estar demostrando que sos más que una voz bonita. Entonces, sí, recontra fui subestimada y muchas veces lo soy.

–¿Qué cambios creés que hacen falta para lograr una mayor igualdad en los medios?
-Algo que ahora está complicado es el poder tener capacitaciones en género. Es muy difícil porque ahora se lo tomó como un curro que no es necesario y que no le importa a nadie. De hecho, cuanto más a la derecha, mejor. Cuanto más hacia el patriarcado, mejor. Entonces, ¿a quién le va a interesar incluir más mujeres? De última, que sean mujeres que reproduzcan la lógica del patriarcado. Cuando te dicen: “¿Sabés qué es lo peor? Que las que peor me trataron siempre fueron mujeres”, porque nosotras somos las mejores alumnas del patriarcado. En nosotras fue tan perfecta la inserción del patriarcado desde el día que nos dijeron: “Vos te quedás en tu casa reproduciendo obreros, dándoles de comer, criando y maternando, y afuera salen los hombres”. Desde ese momento se inventaron un chip tan perfecto que nosotras somos las que mejor reproducimos la lógica del patriarcado. Pero hay que entender que nosotras somos víctimas, las que nos insertaron que entre nosotras nos peleamos, competimos y nos tenemos que sacar la cabeza. Mientras esa lógica siga operando, va a ser difícil que haya igualdad en los medios.
–¿Cómo ves el rol de la mujer en la radio actual comparado con hace unos años? ¿Cambiarías algo?
–El rol de la mujer en la radio cambió. Hay cosas que ya no se pueden hacer ni decir, aunque con la jodita del “ya está, estamos en un gobierno de derecha y decimos lo que queremos” o “somos libres”, cada uno dice lo que se le canta. Volvimos a la Edad Media, al medioevo. Ocurre algo interesante con la falacia del “ya dio la vuelta”: ahora decimos “che, viniste con la pollerita muy corta”, pero es un chiste; “qué linda viniste hoy”, pero es un chiste. Pensamos que hicimos todo el recorrido de la deconstrucción y, como ya dio la vuelta, podemos hacer esos chistes, pero desde otro lugar. Es falso, porque del otro lado siempre hay alguien que está buscando que se reproduzcan esos chistes. Y está buscando reafirmarse en algo que, por más que vos creas que es un chiste, él no cree que lo sea. Dice: “No, no es un chiste. No se puede joder. Al final somos todos una generación de cristal”. Se necesita tener una conciencia más grande de lo que estamos haciendo y diciendo para que cambie. ¿Hay cambios? Claro, sí. ¿Hay otros roles para nosotras? Ponele. Sí, qué sé yo. Se está trabajando en eso. El tema es que con el cuentito de “dio la vuelta” constantemente volvemos al medioevo.