Por Facundo Rendo
En un contexto donde la inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados y comienza a transformar múltiples aspectos de la vida cotidiana, es fundamental contar con voces confiables que ayuden a entender hacia dónde va la humanidad. Sebastián Di Doménica es periodista, especialista en medios digitales, divulgador de IA y autor del libro Inteligencia artificial y realidades fantásticas por vivir es una de esas voces. Con un estilo didáctico y seguro, Di Doménica explica con claridad conceptos complejos y las implicancias sociales de esta tecnología. “La inteligencia artificial (IA) simula la forma de expresarse y de razonar de la persona. Pero en el fondo es sólo eso, una simulación, una imitación”. Esta frase de Di Doménica resume bastante bien la sensación que muchas personas tienen al utilizar aplicaciones como Gemini o ChatGPT. A primera vista, el lenguaje fluido y la coherencia con la que responden estas herramientas puede hacer creer que “piensan” o que “entienden” lo que se les dice. Sin embargo, lo que ocurre por detrás es un complejo entramado de algoritmos, estadísticas y procesamiento de datos entrenados a partir de grandes volúmenes de texto.
—¿Qué sería lo que llamamos inteligencia artificial?
—La inteligencia artificial es un término muy amplio, prácticamente considerado como una parte de la ciencia, que aborda diferentes tecnologías y reemplaza acciones humanas ligadas a tareas cognitivas. Para hablar de IA, a mí siempre me gusta remontarme a su origen en los años 50, que fue cuando la ideó Alan Turing, uno de los grandes pioneros del campo. Él señaló que en algún momento, que es el que estamos viviendo ahora, las máquinas iban a poder simular la manera de interacción o de conversación o de pensamientos de los seres humanos. Y es eso lo que hace la inteligencia artificial, simula la forma de expresarse y de razonar de la persona. Pero en el fondo es sólo eso, una simulación, una imitación.
—Usted es periodista, ¿de qué forma le puede ayudar la inteligencia artificial en su trabajo?
—La IA puede ser utilizada para innumerables tareas, que vamos a dividir en tres grandes partes. La primera es la gestión de la información: puede ayudar a buscar fuentes, buscar datos de una noticia, generar alertas, resumir un texto o un documento, etcétera. Por ejemplo, para el periodismo de investigación es súper útil ya que puede ayudar en innumerables tareas. También puede ayudar en traducción y transcripción de audios, que también es gestión de la información. Los periodistas hemos pasado horas y horas transcribiendo entrevistas, y bueno, hoy la inteligencia artificial facilita mucho eso. En minutos podés tener una desgrabación básica inicial que después tenés que corregir y eso ayuda a ahorrar muchísimo tiempo. La segunda es generar formatos: esto es cuando vos tenés una nota en texto y la pasás en audio, o cuando vos tenés un video en YouTube que hiciste y automáticamente te lo traduce al inglés, al italiano o al portugués para poder acceder a otros públicos. Es decir, innumerables formas de creación de contenidos. La tercera gran área en la que se utiliza la inteligencia artificial en el periodismo es para la personalización: en los medios es muy común que a los periodistas les ofrezcan notas de acuerdo a tus gustos y eso se va a complejizar mucho más.
—También existe el miedo al potencial que tiene la inteligencia artificial para generar desinformación. ¿Se puede usar para luchar contra las fake news y tenerla como una aliada en contra de la mentira?
—Sí, claramente. La inteligencia artificial es una herramienta muy efectiva para crear desinformación, para crear o desarrollar de manera muy efectiva deep fakes, crear videos e imágenes falsos, poner a personas reales en situaciones en las que nunca estuvieron. Vamos hacia un mundo en el que no vamos a saber qué es real y qué no. Sin embargo, la inteligencia artificial también es una herramienta de enorme utilidad para confirmar, para chequear información. Existen innumerables herramientas que verifican, aunque siempre pueden equivocarse. Siempre digo que para enfrentarnos a la desinformación lo principal es la educación digital y el espíritu crítico. Tenemos que dudar de lo que vemos, dudar de lo que confirman nuestros prejuicios. Es decir, el espíritu crítico es la mejor herramienta para enfrentarnos a este mundo de desinformación y deep fakes. Pero efectivamente tenemos muchas formas de utilizar la inteligencia artificial para que ayuden a chequear. Por ejemplo, hay unas herramientas que te dicen qué porcentaje de un video, imagen o texto puede haber sido hecho con inteligencia artificial. Hay muchas herramientas que pueden ayudar a que las personas o los periodistas puedan descubrir deep fakes o desinformación. Pero lo principal para enfrentar la desinformación es el espíritu crítico de todas las personas y que la ciudadanía tome aquello que ha hecho siempre el periodismo: chequear la información.
—¿Hay académicos que estén planteando soluciones?
—Yo siempre digo que me gusta mucho lo que dice el historiador Yuval Noah Harari, que tiene una mirada muy crítica y muy en alerta con respecto a la inteligencia artificial. Escribió un libro hace poco sobre el tema. Él, por ejemplo, hace un llamado de atención sobre la falsificación de personas. Hoy las voces se pueden crear de manera artificial. Uno puede hablar por teléfono con una supuesta persona y no es una persona, ya es una inteligencia artificial, con voz artificial. Incluso se puede hacer con un video, donde uno podría estar hablando en pantalla con una supuesta persona que no lo es. Entonces, él dice que vamos hacia un mundo donde esto va a ser muy común y tendría que estar prohibido falsificar personas como está prohibido falsificar dinero. ¿Por qué? Porque cuando uno habla con una persona, sabe que del otro lado hay una persona que nos puede convencer, pero a la que nosotros también podemos convencer de algo, porque somos dos personas empatizando.
—¿Podría desarrollar eso último?
—Cuando vos tenés del otro lado una inteligencia artificial y pensás que tenés una persona, ésta podría utilizar mecanismos de conocimiento sobre los humanos para intentar convencernos de algo, y nosotros no la vamos a poder convencer, obviamente, porque la inteligencia artificial responde a un listado de instrucciones, que son los algoritmos que nunca se van a cambiar porque yo logre tener un discurso convincente. Entonces, eso va a entorpecer el diálogo entre las personas. Harari sostiene que puede entorpecer el funcionamiento de la democracia. Entonces, todo lo que es falsificación y todo lo que lleva a la posible manipulación de las personas, bueno, me parece que tenemos que estar muy alertas como ciudadanos y reclamar normativas que generen precauciones para evitar riesgos.