Por Matías Riso
En la historia democrática argentina, las elecciones de medio término no solo sirvieron para medir la temperatura social o redibujar la relación de fuerzas en el Congreso. También fueron el punto de partida de nuevas oposiciones políticas. De esas votaciones surgieron alianzas, liderazgos y proyectos que, pocos años después, llegaron al poder. Cada elección intermedia funcionó como un ensayo general para las presidenciales siguientes, y en más de una ocasión, como el nacimiento de un nuevo actor político.
En 1997, el peronismo llevaba ocho años en el poder bajo el liderazgo de Carlos Saúl Menem. Las reformas estructurales, las privatizaciones y la convertibilidad habían marcado un ciclo de estabilidad económica, pero también un creciente malestar social. Ese año, la sociedad expresó su voto castigo y un sector opositor logró formar una alternativa competitiva: la Alianza, formada por la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario (Frepaso). Encabezada por Graciela Fernández Meijide en la provincia de Buenos Aires, la coalición opositora obtuvo una victoria contundente (45,5% contra 36,9% del PJ) y desplazó al oficialismo del principal distrito electoral. Fue la primera vez, desde 1983, que el peronismo perdía en la provincia más poblada del país. Dos años después, esa fuerza llegaría a la Casa Rosada con Fernando de la Rúa. Las legislativas de 1997 marcaron el fin de una década de hegemonía justicialista.
Algo similar ocurrió en 2013. Con Cristina Fernández de Kirchner en su segundo mandato y un Congreso dominado por el Frente para la Victoria, emergió un espacio disidente dentro del propio peronismo, el Frente Renovador liderado por Sergio Massa. En las legislativas de ese año, Massa rompió con el kirchnerismo y se presentó con lista propia en la provincia de Buenos Aires. Su triunfo –43,9 por ciento frente al 32,1 del oficialismo– pateó el tablero político y puso fin al proyecto de “Cristina eterna”, que buscaba habilitar la re-reelección presidencial mediante una reforma constitucional. Aquella elección marcó el inicio de una etapa de fragmentación dentro del peronismo y convirtió al massismo en un actor clave de la política nacional. La victoria de Massa no solo frenó la hegemonía kirchnerista, sino que anticipó el nuevo ciclo político que desembocará en la derrota del oficialismo en 2015.
En 2017, otro espacio consolidó su identidad en una legislativa: Cambiemos. Mauricio Macri había llegado al poder en 2015 con una alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Dos años después, el oficialismo puso a prueba su legitimidad en las urnas. Con Esteban Bullrich en Buenos Aires y Elisa Carrió en CABA, el gobierno ganó en los principales distritos y amplió su representación en el Congreso. Aquella elección fortaleció y legitimó el liderazgo de Macri como referente nacional mientras la oposición se replegó. Sin embargo, esa fortaleza sería efímera ya que la crisis económica de 2018 borraría gran parte del capital político construido en esas elecciones.
Cuatro años después, en 2021, en plena pandemia y con una economía estancada, irrumpió un actor inesperado. La Libertad Avanza, encabezada por Javier Milei, con un discurso liberal radicalizado y un estilo confrontativo, logró captar el descontento de una buena parte del electorado urbano, en especial entre los jóvenes. En la ciudad de Buenos Aires, Milei obtuvo casi el 17 por ciento de los votos y se convirtió en diputado nacional. Aquella legislativa no solo lo proyectó al Congreso, sino que lo posicionó como figura nacional. Dos años después, transformó esa irrupción en triunfo presidencial. La elección de 2021 fue el punto de quiebre de un sistema político que, durante dos décadas, había estado dominado por el bipartidismo peronismo–antiperonismo.
Las elecciones de medio término demostraron que no siempre las oposiciones nacen en las presidenciales. Muchas veces, emergen en esos comicios intermedios donde la ciudadanía expresa su disconformidad o busca un nuevo equilibrio de poder. La Alianza en 1997, el Frente Renovador en 2013, Cambiemos en 2017 y La Libertad Avanza en 2021 son ejemplos de cómo una legislativa puede transformar el mapa político argentino.
Hoy, el escenario vuelve a ser similar. A casi dos años de asumir, Javier Milei enfrenta su primera elección legislativa con la intención de convertir la minoría parlamentaria de La Libertad Avanza en una base de poder más sólida. Al mismo tiempo, las fuerzas opositoras buscan reconfigurarse. En ese sentido, las legislativas de 2025 no solo definirán el futuro del gobierno libertario, también pueden marcar el nacimiento de la próxima oposición.



