Por M. del Campo, A. Dimilta, M. Garcia, C. Garcia Rojas y S. Peuscovich

La jornada de hoy del Juicio a las Juntas Militares estuvo signada por las revelaciones de Patricia Derian, ex subsecretaria de Estado para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios de los Estados Unidos durante la administración de James Carter (1977- 1981). Se trata de la funcionaria norteamericana que, en 1979, impulsó la visita al país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que permitió dar visibilidad internacional a los crímenes y violaciones a los derechos humanos que se cometían en el país, comandados desde la cúpula misma de la dictadura militar.

En su declaración de hoy ante la Cámara Federal, Derian dejó en claro que tanto Jorge Rafael Videla comoEmilio Eduardo Massera sabían de los secuestros, torturas y desapariciones que se cometieron durante el régimen. “La Argentina estaba balcanizada en distritos comandados por militares y la Junta Militar había declarado unilateralmente una ‘guerra sucia’, aboliendo la Constitución y cometiendo crímenes contra la humanidad”, afirmó Derian.

Durante las tres horas en las que prestó declaración, Derian recordó que, en agosto de 1977, había mantenido una reunión con Massera en la sede Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí, el almirante reconoció que el Ejército y la Fuerza Aérea aplicaban torturas pero sostuvo que no era una práctica de la Armada.

Luego de indicarle denuncias de tortura, Derian le dijo que había visto un esquema rudimentario del piso de abajo del lugar donde se encontraban y le preguntó si era posible que mientras ellos hablaban, bajo sus pies se estuviera torturando a alguien: “Massera me miró, sonrió, hizo el gesto de lavarse las manos y me preguntó si recordaba lo que pasó con Poncio Pilatos”, relató Derian.

La ex funcionaria explicó asimismo que, en el primer encuentro que mantuvo con Videla, el entonces titular de la Junta Militar en representación del Ejército, había admitido la existencia de violaciones a los derechos humanos pero circunscriptas a personal de menor rango, que era “muy difícil de controlar”. Según Derian, durante su segunda visita, el ex Presidente de facto reconoció que existían “problemas” pero sostuvo que “eran los otros los que lo causaban: los comunistas, los terroristas”.

LA DEFENSA ABANDONÓ LA SALA

El testimonio de Patricia Derain comenzó esta tarde, cerca de las 18.30, luego de que el secretario del Tribunal, Juan Carlos López, la convocara al estrado.

Cuando la testigo ingresó a la sala junto a su intérprete, estaban presentes solo 5 de los 22 abogados defensores de los ex comandantes juzgados y, al prestar juramento, cuatro de ellos abandonaron la sala. Sólo permaneció Juan Carlos Tavares, defensor de Jorge Rafael Videla. Miguel Ángel Buero, defensor de Jorge Anaya (ex comandante de la Armada e integrante de la tercera Junta Militar), se justificó: “¿Para qué vamos a estar en la sala si esta señora ya le pasó el informe al fiscal y es su base del alegato?”.

Un rato después, se los pudo ver a todos reunidos en un café cercano. “Es que la Cámara no nos provee café …”, ironizó con los periodistas el abogado José María Orgeira.

LA MASACRE DE LOS SURGENTES

El 17 de octubre de 1976 el Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario llevó a la localidad cordobesa de Los Surgentes a siete jóvenes y los fusiló en un camino rural. Entre los cuerpos se reconocieron los de María Cristina Márquez, Cristina Costanzo,Sergio Abdo Jalil y Daniel Oscar Barjacoba. Para dar testimonio de esta masacre fueron citados los familiares de las víctimas.

“Simplemente vengo a buscar Justicia por el asesinato de mi hija Cristina”, declaró Oscar Mario Costanzo. Durante su exposición, contó que su hija había siso detenida el 16 de octubre de 1976 y que, a lo largo de su búsqueda, gestionó diversas denuncias y Habeas Corpus. Su esposa, Ángela Morales, también declaró hoy. Me entregaron una urna con un montón de huesos y un cráneo con un mechoncito de cabellos que corté y guardé. Tuve una hija sana, inteligente y hermosa. La detuvieron y me devolvieron eso“, afirmó la mujer.

Tambièn se presentaron ante el tribunal los familiares de María Cristina Márquez, quien fue detenida en San Nicolás en 1976 junto a su compañero Daniel Barjacoba.

SOBREVIVIENTES

Además brindaron hoy sus testimonios cuatro ex detenidos desaparecidos entre 1976 y 1978. Ellos fueron Jorge Alberto Flores, Carlos Peréz Rizzo, Gustavo Ángel Piccolo y Ángel Florindo Ruani. Los cuatro coincidieron en que fueron interrogados y torturados por su activismo político.

Para demostrar las secuelas, Peréz Rizzo se sacó la campera y mostró una cicatriz en su brazo, producto del “paracaídas”, un método de tortura que utilizaban los represores, que consistía en atar de pies y manos a los detenidos y lanzarlos al aire para que cayeran al suelo desde gran altura.

Por su parte, Ruani logró identificar y aportar los nombres de cuatro activos represores: los oficiales Ricardo Torres, alias “El Conejo”; Lofiego, alias “el Ciego”; Marcote, a quien indentificaban como “El Cura”; y Baravalle, nombrado como “el Pollo”.

En este video vemos un fragmento del testimonio de Ruani, en el que expresa: “Conocer a los detenidos era una forma de resguardar sus vidas”.

 

DISTURBIOS EN LA SALA

Un primer incidente se produjo en la Sala de Audiencias hoy, cuando el abogado defensor del general Roberto Eduardo Viola, José María Orgeira, se refirió a Ruani como “detenido” en vez de llamarlo testigo. Esta situación provocó una risa en el fiscal Julio César Strassera, que terminó con una llamada de atención por parte Guillermo Ledesma, presidente del Tribunal.

Luego, mientras Ignacio Garona, abogado defensor del brigader Orlando Ramón Agosti, interrogaba a Morales de Costanzo, Strassera hizo gestos por las preguntas inquisidoras de Garona. Nuevamente, Ledesma le pidió compostura al fiscal y, ante el nuevo llamado de atención, Strassera respondió: “Si algunos letrados defensores siguen por ese camino, le van a decir al testigo que se siente y se saque la capucha”.

El último percance ocurrió cuando Tavares pidió que se deje sin efecto una parte del testimonio de Patricia Derian, que hacía referencia a la responsabilidad de las Juntas, y calificaba a sus integrantes como “torturadores” y “asesinos”. Su justificación se basó en que la testigo formuló juicios de valor negativos sobre los acusados y Ledesma informó que su petición se tendría en cuenta.

Testimonio de Ángel Ruani, sobreviviente del CCD del Servicio de Informaciones de la Unidad Regional II de la Jefatura de Polcía de la Pcia de Santa Fe