Por Valentín Seiller
La tradición de comer ñoquis el 29 de cada mes se ha mantenido viva a lo largo de los años, y se transformó en un ritual culinario lleno de historia y simbolismo. Este plato, que tiene sus raíces en Italia, ha sido adoptado por muchos países, y disfrutarlo el 29 ya es una costumbre compartida y celebrada por muchas familias.
Una de las hipótesis del origen de esta tradición se remonta a una antigua leyenda italiana que cuenta la historia de San Pantaleón, un médico que fue canonizado por la Iglesia Católica. Se dice que, durante una de sus peregrinaciones, pidió comida en la casa de unos campesinos. Ellos le ofrecieron ñoquis y, en agradecimiento, él les predijo un año de abundancia.
Una versión menos conocida dice que los inmigrantes italianos con menos recursos económicos optaban por este plato a fin de mes porque era barato de preparar. Habían llegado a la Argentina en grandes oleadas entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
A lo largo del tiempo, la costumbre de comer ñoquis se expandió más allá de Italia, especialmente entre los inmigrantes italianos en Argentina y Uruguay. En estos países, la tradición se enriqueció con la práctica de colocar dinero debajo del plato, como símbolo de los deseos de prosperidad y buenos augurios.
Hoy, la celebración de los 29 ha evolucionado y se adaptó a las tendencias gastronómicas modernas. Muchos restaurantes ofrecen menús especiales de ñoquis y las familias se reúnen para preparar este plato con variaciones que van desde las recetas tradicionales hasta las más innovadoras.
“En Italia, los ñoquis se disfrutan durante todo el año y hay muchas variantes regionales. En el norte se hacen de papa, harina y huevo, mientras que en otras regiones se usan ingredientes locales como sémola o ricotta. La tradición no está vinculada a ninguna superstición, simplemente es parte de la rica cultura gastronómica italiana”, explica Ana Colombo, cocinera argentina que trabajó en un restaurante de pastas en Verona, Italia.
Colombo explica que allí los ñoquis se suelen servir con otro tipo de salsas: “Mientras que en Argentina los solemos acompañar con una salsa de tomate o una salsa blanca, en Italia se utilizan salsas más variadas y elaboradas. En Verona, por ejemplo, es tradicional la salsa de manteca y salvia, que resalta el sabor delicado de la pasta. Aquí en Argentina, hemos adaptado los ñoquis a nuestra propia cultura, creando variantes únicas y celebrando con rituales como poner dinero debajo del plato. Es una hermosa mezcla de tradición italiana y creatividad argentina”, culmina la cocinera.
Edición: Gabriela Stancato, Joaquín Benitez Demark y Sofía Guitler