Por Luca Manessi

El Banco Central interrumpió los únicos contratos que quedaban vigentes con la Casa de la Moneda. Los pedidos sin entregar de billetes de 1.000 y 2.000 pesos se encuentran demorados por dificultades en la producción de la imprenta perteneciente a la Casa y, por decisión del Central, no se realizarán. Según el gobierno, estos billetes son “innecesarios” por su baja denominación.

El Central está a la espera de nuevos billetes de 20.000 pesos y de producir más de 10.000 para solventar la necesidad de efectivo. Ante esta decisión, la Casa de la Moneda quedó cerca de su cierre total por falta de actividad. “Se procederá a detener a partir de hoy a las 22 todos los procesos productivos referentes a la fabricación de billetes. Por tal motivo, a todo el personal afectado exclusivamente a dicha actividad productiva se le dará curso a la utilización de períodos vacacionales que tengan disponibles”, afirmó la dirección del organismo a través de un comunicado oficial. Por ahora no hay despidos, pero la ausencia de tareas adelanta un escenario laboral desfavorable.

La decisión del Banco Central se gestó en una reunión con el directorio el viernes pasado. Allí se pusieron sobre la mesa el incumplimiento total del cronograma de entrega de billetes por parte de la Casa de la Moneda. Eran contratos que había cerrado la gestión anterior, con Miguel Pesce a la cabeza. Además, siguen llegando quejas por exceso de billetes de mil pesos y el Banco Central no quiere recibirlos. Este contexto se genera por la decisión del presidente Javier Milei, para quien imprimir billetes genera inflación. Según el vocero Manuel Adorni, “es el último clavo en el ataúd de la inflación”.