Por Yasmín Cuerchi y Solana del Barro
De cara a las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Diario Publicable habló con consultores políticos para analizar las estrategias de los principales candidatos y la desconexión que muchas veces existe entre la ciudadanía y el rol legislativo.
Mientras los candidatos buscan tener su lugar como legisladores, el interés de la mayoría de los ciudadanos se encuentra lejos de las urnas. “La gente está en otra. Si uno para en la calle y pregunta a quién va a votar, la gente no lo tiene muy en claro. Quien no se siente identificado con una fuerza política o no se siente movilizado en esta elección en particular no tiene una razón extra para hacerlo”, explica Patricio Thompson, consultor político especializado en opinión pública y campañas electorales.
A esa percepción se suma el análisis de Marcelo Carignano, consultor político de Trench Comunicación, quien advierte: “Gran porcentaje de la gente decide su voto el mismo día ya que, mayormente, elige desde la emoción que le genera en ese momento”. El bajo interés existe porque, en parte, no hay un “costo de oportunidad” claro. Según ambos especialistas, las campañas electorales han sido poco efectivas en instalar temas concretos y se centraron más en marcar diferencias simbólicas que en generar conversaciones sobre políticas públicas.
Todo esto afectó la claridad del escenario a los votantes. Leandro Santoro, candidato de Es Ahora Buenos Aires, aparece como el mejor posicionado, aunque “su gran problema es que, además de hacer campaña puertas afuera, tiene que hacerla puertas adentro”. Thompson cree que “se puede esperar un 23 o 24 por ciento, que es más o menos el promedio histórico que ha tenido el peronismo en los últimos años en la ciudad de Buenos Aires”. Por otro lado, Carignano afirma que “lo que está haciendo Santoro es intentar no bajar de ese porcentaje, entonces no habla de Cristina (Kirchner) ni de Néstor Kirchner ni de nada que lo vincule con ellos”.
Por el lado libertario, Manuel Adorni busca consolidarse como el representante porteño de Javier Milei con una campaña que gira alrededor del eslogan “Adorni es Milei”. Thompson cree que es posible que esto se trate de “un llamado a los libertarios para que lo voten” y, sobre todo, “una llamada a ese pequeño porcentaje de libertarios que van a votar a Marra (Unión del Centro Democrático)”. Para su colega, “la campaña de Adorni, sin duda, apela a la emoción y a usar lo que ocurre a nivel nacional, sobre todo en economía, para llevar agua a su molino”.
El PRO (Buenos Aires Primero) enfrenta un panorama complejo. Silvia Lospennato, la candidata que encabeza esa lista, tuvo que explicar que representa al partido fundado por Mauricio Macri, algo que muchos votantes no tenían claro. “La campaña tuvo que reforzar que ella es la candidata de Jorge y Mauricio Macri. Muchos sectores todavía creen que Larreta es el jefe de Gobierno, se ve lo desconectado que está el electorado porteño de lo que pasa en la gestión de la ciudad”, explica Thompson.
Otro factor que contribuye a la falta de interés es el escaso efecto del debate televisivo, que se llevó a cabo el 29 de abril. Ambos consultores coinciden en que fue una instancia poco útil. “Lo vi entero porque trabajo de esto, pero si fuera un ciudadano común sentiría que me robaron dos horas de mi vida”, dice Thompson. Para Carignano, fue “una ensalada de frases hechas” en la que no hubo espacio para el intercambio real ni para la profundización de propuestas.
Por fuera de las candidaturas principales, es difícil prever si algunos espacios lograrán superar el umbral del tres por ciento necesario para entrar en la repartija de bancas. “Veo muy difícil que logren entrar. Ninguno logró instalar un tema ni entrar en la conversación”, remarca Thompson, para quien lo que ocurra el domingo será la antesala de las elecciones nacionales. “Estamos listos para ver una novela muy larga, con muchas idas y vueltas y sin un final claro, por lo menos en ciudad de Buenos Aires”.