Por Josefina Girotti 

Dylan León Masa, más conocido como Dillom, no suele dar entrevistas. Sin embargo, hace un par de semanas, dio una pequeña pero contundente conferencia de prensa en el marco del que será su primer recital en un estadio de fútbol, el próximo 11 de septiembre en Vélez Sarsfield, como parte de su exitosa gira a lo largo de la Argentina y algunos países vecinos llamada “Por cesárea: Irreversible”. Con dos Luna Park y dos Movistar Arena agotados, además de sus participaciones en los festivales Cosquín Rock 2025 y Quilmes Rock 2025 ante 55 mil y 50 mil personas, respectivamente, Dillom se prepara con todo para romperla con su show en Liniers.

Coincidente con su estilo disruptivo y original –en composé con la artística del álbum y su particular enfoque en la sorpresa–, el lugar elegido fue una fábrica abandonada en el barrio de Nueva Pompeya. En el recorrido, entre el eco y las pocas pistas, había una bandera con el logo de su último disco, lanzado el 24 de junio de 2024. Finalmente, un sillón roído encima de una pila de basura –lo que a la distancia se asemejaba a una gran piedra– y una taza de café que decía “Bohemian Groove Corp.” (sello discográfico fundado por el cantante en 2020) lo esperaban con ansias. Dillom llegó con sus lentes de sol y una sonrisa, saludó con ímpetu y dio pie a la charla.

–¿Qué podemos esperar de tu próximo show en Vélez?
–La idea es cerrar la gira del disco acá, en Buenos Aires. Al mismo tiempo, es una consagración gigante en mi carrera, no solo hablando de este álbum puntualmente. Creo que va a tener una combinación de las dos cosas: por un lado, va a estar la propuesta que venimos presentando con el disco, elevada a lo que es la magnitud del estadio. Hasta ahora, siempre hicimos los shows en lugares cerrados porque me gusta transmitir ciertas emociones, ciertas cosas. Es verdad que justo con este disco, esta cosa claustrofóbica de cierre es un agregado y un actor más en lo que es la historia. Va a ser un gran desafío trasladar un show conceptual a un estadio abierto y poder transmitir, de alguna manera, esa misma sensación. No es algo que me preocupe, para nada. Ese es el lindo desafío que tenemos ahora por delante, poder lograr esa vibra en el Vélez. Por otro lado, va a tener una combinación de celebración, consagración y emotividad a nivel carrera.

–No es fácil hacer un estadio como Vélez y el mérito es doble al hacerlo desde una producción independiente. ¿Cómo es encarar un proyecto así desde la libertad que tenés?
La independencia le da una épica y una doble alegría para todos nosotros. No sé si somos los primeros en hacer un Vélez de manera independiente. Puede ser que quizás haya otro y no lo esté nombrando, porque todos estamos llegando a un estadio de fútbol, un spot que le suele pertenecer a gente que ocupa un lugar en el mainstream y que casi siempre vienen acompañados de grandes maquinarias de la industria. Ver cómo nosotros llegamos a pulmón y con todo este equipo de gente que tengo acá presente –señala a su equipo que lo rodea en la sala–, verles las caras a todos, conocerlos uno por uno y saber el amor que le ponen, obviamente le da un condimento enorme y la alegría es mayor y propia, muy interna. Estoy muy feliz de eso.

La charla fue en una fábrica abandonada.

–Tu carrera viene creciendo a pasos agigantados. ¿Vivís el día a día o proyectás hacia adelante?
Siempre voy pensando a futuro, pero al estar tan ensimismado de cosas uno termina muy en el presente. De todos modos, no veo cercano el problema que les pasa a muchos de “Uy, ya está, ¿ahora que hago?”. La verdad es que siempre veo al futuro con ojos optimistas, no creo que este sea nuestro techo. De mi parte, algo que ustedes siempre pueden hacer es “esperar lo inesperado”: me gusta estar en pleno movimiento, en constante transformación. No creo que nunca vaya a hacer lo mismo dos veces, me aburre por completo. Se me ocurren un millón de cosas distintas para hacer, todo el tiempo estoy buscando nuevas formas de comunicar lo que hago. Ojalá me alcance la vida para poder hacerlas todas.

–Seguramente, cuando terminaste de hacer el disco Por cesárea soñabas que llegue a mucha gente. El problema es que, a veces, los sueños se hacen realidad. ¿Qué fue lo malo de todo este vértigo, de la intensidad y la gran exposición?
–Todo tiene su parte buena y su parte mala, hemos tenido un crecimiento enorme en este último tiempo, muy exponencial. Cuando la cosa parece que se va a estancar, de la nada hay otros saltos enormes. En general lo vivo con felicidad absoluta, lo disfruto un montón, a veces no lo termino de padecer, aunque por momentos sí. También es un poco causal del equipo que tenemos, de la gente con la que estoy rodeado. Por suerte estoy muy contenido, y eso hace que la continua exposición sea más llevadera.

–¿Cómo te gustaría ser recordado dentro de la escena musical argentina?
–Antes de sacar mi primer disco, tenía un poco de ese miedo de la intrascendencia, de pasar desapercibido. Hoy en día ya no tengo esa preocupación porque siento que hemos hecho grandes cosas. Estoy muy en paz conmigo mismo, aunque eso también hace crecer la ambición. En otro momento capaz me conformaba con ser más o menos recordado y quizás hoy te digo “che, me gustaría ser recordado como uno de los mejores o con cariño, que me quieran”. O que la gente que me conoció diga: “Era buen tipo, buena persona”. Me gustaría ser recordado de esa forma, la verdad.

–¿Cómo lidiás con la fama para que no te afecte ni dejes de ser vos mismo?
–En este momento es algo que disfruto mucho. Por suerte hice las paces con eso, ya no me genera una molestia considerable. Obviamente uno tiene sus días buenos y malos, hay semanas que pueden ser más duras que otras. En comparación con algunos colegas, yo lo llevo muy bien, pude ver y entender de primera mano el amor y cariño que me tiene la gente. Me considero una persona muy querida, más que nada en mi país. Hoy no me pongo ni una gorra para salir a la calle; al contrario, me alegra el día cuando me paran y me dicen algo lindo.

–¿Cómo te preparás a nivel personal para Vélez? ¿Qué sueños a futuro tenés como artista?
–Como primera medida, chupar un poco menos. Estoy tratando de hacer dieta, de comer un poco más sano. ¡No es chiste! No es para estar más flaco, pero sí quiero estar bien físicamente para poder dar mi cien por ciento y tener claridad mental. A su vez, con mi equipo estamos detrás de cada detalle, de cada decisión, lo que para mí es muy importante. Por otro lado, tengo un montón de sueños por delante, este es uno de ellos y estamos a nada de cumplirlo. Me gustaría conquistar nuevos lugares, ir a tocar afuera, expandirme cada vez más. Como dije antes, son tantos sueños que lo único que espero es que me dé el tiempo para cumplirlos todos.