Por Bianca Gregotti
“Hice este libro para contar las historias que me hubiera gustado que me contaran y para curar mis heridas por no haber llegado a ser futbolista profesional”, reconoció la periodista Ayelén Pujol, durante la presentación de su libro ¡Qué jugadora! en el auditorio de TEA y DeporTEA.
El primer paso para contar las historias que le “duelen en las tripas” por las injusticias a las que muchas jugadoras fueron sometidas por su género fue reunir entrevistas y buscar información en bibliotecas y archivos. El objetivo, llenar “el vacío sin respuestas” sobre el pasado reciente del fútbol femenino.
Luego de casi dos años y ocho meses de trabajo sin contrato, Editorial Planeta le dio luz verde al proyecto. El principal obstáculo era la propia frustración de la autora, que mutó en desahogo luego de publicar el libro. Un desahogo por los acosos que había sufrido en las canchas, por los gritos que había recibido siendo mujer y estando en una tribuna, por la cosificación de la que fue víctima, y por las jugadoras que ya no están y no pudieron ver el avance social conseguido por las mujeres.
“El fútbol es con nosotras o no es”, afirmó Pujol. La autora entiende que es un desafío para todos y todas construir un fútbol más justo, en el que se incluya a todas las personas por igual, sin importar el género, ya que las mujeres juegan de la misma forma que los hombres, se ríen de las mismas cosas y van por un mismo objetivo.
Calificó a las ex jugadoras que entrevistó como “ídolas” cuyas historias no habían sido difundidas ni tenidas en cuenta y las contrastó con las de los jugadores, que participan de los mundiales, se convierten en ídolos y son invitados a los medios a opinar libremente sobre fútbol.
“Yo creo que en el fútbol nos ven como una amenaza, por eso nos descalifican con apodos como ‘machonas’”, consideró Pujol y aseguró que algunos hombres todavía sienten que las mujeres les quieren robar “su lugar”. Según la periodista, falta entender que hay espacio para todos y todas y que la defensa del lugar de la mujer no se trata de una competencia entre géneros: “No queremos que el patriarcado nos oprima más”, manifestó.
Según Pujol, la profesionalización del fútbol femenino que la Asociación de Fútbol Argentino oficializó en marzo pasado “es gracias a la lucha de las mujeres futbolistas” y no a una idea de los dirigentes, quienes tomaron esas demandas y se decidieron a ejecutarlas. Esas mujeres son las protagonistas del cambio en el fútbol argentino, aseguró.
Pujol admitió que, después de la publicación de ¡Qué jugadora!, no sólo le llegaron mensajes de mujeres agradecidas por su trabajo, sino también de hombres que sintieron empatía por las futbolistas. Muchos de ellos incluso reconocieron que sufrieron algunos de los mismos inconvenientes que ellas, como no ser elegidos para jugar en ningún club. “Con causar eso, ya está. Mi libro llegó a su objetivo de romper con los prejuicios y estereotipos, y me encanta que se sepa que el cuerpo de la mujer también tiene fuerza y puede ponerle garra al deporte”, concluyó.