L.Martínez y M.Rengel
La periodista Lila Pastoriza –quien fue directora de la Agencia de Noticias Clandestina (ANCLA), fundada por Walsh- retrata al escritor como “un obsesivo de la seguridad”, que daba una vuelta de manzana e “iba y venía en el sentido de las agujas del reloj antes de un encuentro”.
Actual miembro de Memoria Abierta y coordinadora de organismos para la preservación de la memoria colectiva y la formulación de políticas públicas, Pastoriza concluye: “Si cayó él, podía caer cualquiera”. Tiempo más tarde ella misma sería secuestrada y terminaría en el centro clandestino de detención (CCD) que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)
Opina Pastoriza que, en cierto sentido, Walsh estaba protegido viviendo en San Vicente, pero eso le impedía estar totalmente al tanto de las novedades. El 25 de marzo de 1977 fue al encuentro de alguien que había “caído” antes. Él no lo sabía. “Todos caímos por un error, ya era un desgaste mental muy fuerte el que teníamos”, explica.
En la siguiente entrevista en video, el periodista Carlos Aznarez, amigo, compañero de militancia y también parte del staff de ANCLA, suma sus impresiones sobre las últimas horas del autor de Operación Masacre.
(Producción: Martina Durazzo y Nicolás Crego. Cámara: Patricio Martínez Rossi. Edición: Equipo TEA)