Por L.Trotta y M. Pugliese

La saga de Star Wars es una de las más exitosas de la historia del cine, habiendo estrenado su primera entrega en 1977, dando lugar a un universo entero disfrutado por fanáticos de todas las edades. La saga, que sigue las aventuras de Luke Skywalker, su padre Anakin y, recientemente, Rey, ha teñido a sus protagonistas con rasgos de distintas mitologías de la humanidad.

Desde su vestimenta hasta su origen, los tres personajes que lideran las trilogías comparten algunas similitudes imposibles de obviar. Sin embargo, estas conexiones van más allá de la pantalla y del universo creado por George Lucas a finales de los 70, sino que tienen origen en el mundo real.

“Durante todas las películas vemos como la Orden Jedi busca al ‘Elegido’, una suerte de mesías que viene a traer el balance en la Fuerza. Durante su juventud, Obi-Wan Kenobi estaba seguro de que esa persona era Anakin”, explicó Jason Aaron, uno de los escritores más prolíficos de Marvel Comics, actualmente encargado del relanzamiento del universo de Star Wars en papel para la compañía creada por Stan Lee. “Anakin era un niño sin padre físico nacido de un milagro, con la concentración de la Fuerza más grande que se haya visto y un don nato para encontrar problemas. Seamos realistas, era el sueño de todos los que creían en la profecía, describió Aaron.

Aaron en la presentación de Marvel del nuevo comic de Star Wars. (Midtown Comics NYC)

Sin embargo, el balance no vino de la mano del primer Skywalker, quien fue el encargado de prácticamente erradicar la Orden Jedi. Devastado, Obi-Wan, luego conocido como ‘Ben’, se retiró como uno de los pocos sobrevivientes Jedi. En su retiro, Kenobi encontró al hijo perdido de Anakin, Luke, y su confianza en el balance de la Fuerza a través de la profecía volvió a tomar fuerza.

“Ahora, esto es donde se pone interesante: Obi-Wan encuentra a ambos Skywalker en el desierto de Tatooine, ambos sin idea de lo que era la Fuerza y provenientes de un estrato social muy pobre. No sólo eso, sino que los dos carecen, al principio, de un padre. Luke incluso fue adoptado por sus ‘tíos’, quienes reconocieron que el muchacho era capaz de lograr cosas extrañas cuando aún no tenía uso de razón. Si empiezan a tener recuerdos de la Biblia y Jesús, no están locos. Sospecho que Lucas puso esos indicios ahí a propósito, narró el autor de Marvel.

A finales de 2015, Disney presentó el comienzo de una nueva trilogía de Star Wars, habiéndose hecho con los derechos de Lucas Films en octubre de 2012. Su protagonista, Rey, cumplió el mismo formato de origen que sus antecesores: una chica abandonada en Tatooine se encuentra en una nueva puja por el control de la galaxia entre el Lado Oscuro y el Lado Luminoso de la Fuerza. Obi-Wan, muerto hace ya muchos años, se comunica con ella a través de ecos que resuenan en su sable láser, el arma característica de los caballeros jedi.

 

Anakin, Luke y Rey, de izquierda a derecha.

 

Los tres protagonistas siguen un mismo arco: en la primera película se encuentran perdidos e inexpertos hasta que son entrenados por un viejo sabio. Este sabio luego dará su vida, pasando así su legado al recientemente entrenado, quien luego será quien salve a todos. Anakin y Luke son espejos del mismo camino: mientras que el primero cayó al Lado Oscuro, Luke pudo redimir los pecados de su padre. Y entonces aparece Rey, que parece seguir el mismo camino, pero cuyo futuro es incierto”, enumeró Aaron.

Para el escritor de cómics, los protagonistas de Star Wars dicen mucho más de lo que uno podría imaginar: la ropa inicial de los tres es sumamente similar, son incapaces de terminar su entrenamiento por distintos motivos y deben enfrentar una gran pérdida. Anakin y Luke incluso pierden una mano en duelos debido a que se enfrentan a guerreros con más experiencia que ellos. Por último, dijo que “como la historia de la humanidad, todo en Star Wars es cíclico: las cosas se repiten, inevitablemente, porque ese universo es un reflejo de nuestro propio mundo”.