Por Tobías Holcman

La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires fue la sede del segundo debate presidencial. Allí, los seis candidatos debatieron sobre seguridad, empleo y producción, calidad institucional y rol del Estado. Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, Nicolás del Caño, José Luiss Espert y Juan José Gómez Centurión se mostraron más energéticos y agresivos en sus alocuciones.

Realizado bajo estrictas pautas, el evento comenzó, no obstante, mucho antes de que llegaran los candidatos, en las escaleras de la facultad. En la entrada lateral derecha, limitados por una valla, se encontraban los periodistas que cubrirían la jornada, entre ellos, los acreditados por Diario Publicable.

Por esa área circularon los invitados de las distintas fuerzas políticas, como el candidato a jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires por Consenso Federal, Matías Tombolini, o el candidato a vicepresidente de esa lista, Juan Manuel Urtubey.

“Todo puede pasar de acá a la semana que viene, no está definido nada aún”, dijo Urtubey, y dejó en claro que sin importar el resultado de la elección, los candidatos de su coalición buscarán generar consensos con los ganadores de la elección.

Una vez finalizada esta etapa de entrevistas, se prosiguió a entrar al recinto. Allí había un espacio especial destinado a reporteros gráficos y un auditorio con una pantalla gigante. También había una pasarela, donde los invitados también tuvieron la oportunidad de ser entrevistados por los distintos medios presentes.

El debate comenzó formalmente a las 21 con la presentación de cada uno de los candidatos. El presidente Mauricio Macri utilizó ese minuto para anunciar que “viene una etapa distinta”.

Luego siguió el turno del candidato por el Frente de Izquierda, Nicolás Del Caño, que utilizó su tiempo para comparar la situación argentina con las convulsionadas de Chile y Ecuador.

Roberto Lavagna explicó que todo error que no se reconoce termina por repetirse, y que en el país “tenemos una habilidad para repetir los errores que cometemos”.

José Luis Espert comenzó con una frase ofensiva hacia sus competidores: “Los que combaten conmigo son agentes de un sistema que lo destruye todo, como un virus que está comiendo las raíces de Argentina”.

Alberto Fernández fue conciso en su presentación. “Es momento de que nos ocupamos de lo importante”, anunció. Mientras que Juan José Gómez Centurión, del Frente NOS, dijo que hará “lo que tenga que hacer para sacar a Argentina del fracaso” y prometió que esta vez se concentraría en cumplir los tiempos pautados, aunque terminó 30 segundos antes de lo reglamentado.

En el primer bloque, dedicado al tema seguridad, Lavagna sufrió una pequeña pero visible laguna mientras se explayaba sobre sus propuestas. Ni Gómez Centurión ni Macri utilizaron correctamente su tiempo.

Nicolás Del Caño comparó al candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, con Micky Vainilla, el personaje de Diego Capusotto que se caracteriza por ser fascista.

El siguiente eje temático fue el de “Empleo, producción e infraestructura”, de donde surgieron propuestas muy similares, con la gran mayoría proponiendo reformas laborales y la reactivación de la economía.

El único disidente fue Del Caño, que expresó la necesidad de disminuir la jornada laboral para “repartir el trabajo”. Alberto Fernández volvió a criticar al oficialismo. Y José Luis Espert tuvo la mirada más “extrema”, al recomendar la reforma total de los sistemas sindicales, de trabajo y de producción.

La primera pausa llegó al finalizar este bloque, pero durante ninguna personalidad salió a dar declaraciones. Esto se repetiría durante todo el evento.

Luego se trató el tópico “Federalismo, calidad institucional y rol del Estado”. Mientras que las fuerzas minoritarias aprovecharon para criticar las instituciones estatales y pedir su reforma, Macri utilizó este período con un dardo para el kirchnerismo, al señalar que su gestión se “guía bajo la verdad y no miente con el Indec”.

Alberto Fernández también atacá a su principal competidor, al destacar que mientras él recibió a periodistas de todo el espectro mediático, el presidente busca controlar la prensa. “La prensa corre peligro con Macri en el poder”, dijo Alberto.

La última tanda fue la de “Desarrollo social, ambiente y vivienda”. Los candidatos se pusieron más a la ofensiva, con fuertes acusaciones entre el oficialismo y la principal oposición. “Macri y Fernández deberían abrazarse, porque en realidad no están debatiendo, están proponiendo los dos lo mismo”, dijo Espert.

Durante esta última parte, el Frente de Todos dio sus propuestas más concretas, pero no logró salir de la crítica al macrismo. Juntos por el Cambio cayó en el mismo juego, con fuertes críticas al pasado y acusaciones de “clientelismo”.

En el cierre del debate, que debía ser usado para terminar de definir algún concepto suelto, los candidatos optaron por realizar una suerte de “spot” de propaganda con las medidas que tomarían si ganaran la elección.

Luego, por la sala de prensa desfilaron varias figuras, como el ya mencionado Matías Tombolini. Respecto del debate y la actuación del candidato que encabeza la fórmula de Consenso 2030, señaló que lo vio “medio flojo al principio, pero que después entró en ritmo”. Dijo que no se vio un ganador claro del debate y sostuvo que, por la modalidad del intercambio, en realidad no se promueve la discusión entre candidatos sino solamente la exposición de ideas.

Por último, los jefes de prensa de las primeras mayorías confirmaron que hubo un cruce entre Mauricio Macri y Alberto Fernández detrás de cámara debido a la mención del padre del presidente por parte del candidato de la oposición. Esta discusión habría sido sólo verbal, pero con una escalada tensa, llegando al punto de que ambos candidatos se saludaron de manera fría al retirarse.

Foto: Télam