Por E. Álvarez, T. Holcman, M. Maldonado, E. Lazo, J. Boarini y J. Landau.

Para el próximo año están todas las alternativas abiertas, incluida la del default, por más que uno no quiera ni eso ni caer en la hiperinflación”, advirtió Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior durante el gobierno de los Kirchner. De ser correcta, esta declaración resumiría la situación actual de la Argentina.

La evolución de la cotización del dólar tuvo varias fechas clave durante 2019. La primera fue el 12 de agosto, cuando a la derrota del oficialismo en las PASO le siguió una suba de la moneda estadounidense del 23 por ciento, pasando de 45 pesos a 57 pesos. Días después, se implementó un cepo que limitaba las compras hasta 10 mil dólares.

El lunes 28 de octubre, luego de las elecciones generales que confirmaron a Alberto Fernández como futuro presidente, la moneda estadounidense abrió con una baja del tres por ciento y un valor de 63 pesos, mientras que el sábado anterior cotizaba a 65 pesos. Alan Guyt, operador de la Bolsa de Buenos Aires, justificó: “A octubre todos llegaron con dólares. Instituciones financieras de variada índole, individuos, empresas… Todos estaban dolarizados”.

El dólar y la inflación no afectaron mucho a los productores de granos. Si bien los insumos están en dólares, el cereal va acompañando al tipo de cambio: si el dólar sube, el cereal en pesos también”, explicó Germán Biasussi, gerente de la Cooperativa Agrícola Limitada de Elena, Córdoba, corazón de la pampa agrícola. A los que sí afecta es al mercado interno y los pequeños productores. Como muestra basta señalar que la fuga de capitales de este año trepó hasta los tres mil millones de dólares, según un estudio de BAE Negocios.

Esas fugas se tradujeron en una restricción aún mayor para la compra de dólares, que luego de las elecciones generales pasó a un máximo de 200 dólares. Esta regulación generó que se dispararan los precios de las cotizaciones paralelas, como el dólar “Blue” o el contado con liqui.

El contado con liqui es una operación bursátil que consiste en la compra de una acción o bono en pesos argentinos y su venta en dólares”, explicó Guyt, y agregó: “En ese sentido, el valor del CCL fue aumentando de manera progresiva hasta alcanzar los 82 pesos aproximadamente. Pero la realidad es que ese valor fue entendido como techo de corto plazo para el mercado”.

Guillermo Moreno.

Por último, según Guillermo Moreno, el gobierno de Alberto Fernández deberá generar un equilibrio en el sector externo y fiscal. “Si no resuelve esos desequilibrios, no hay manera de empezar a gobernar”, dijo antes de asegurar que no se puede administrar a la Argentina con 12 puntos de déficit fiscal y 6 de déficit en el sector externo. “No es un problema ideológico, no se puede ocupar de la comida del pueblo sin antes resolver eso”, cierra el ex funcionario kirchnerista.