Por Camila Mitre

El INDEC dio a conocer el viernes pasado el índice inflacionario correspondiente al mes de abril: cerró en 8,4 por ciento, elevando la variación interanual al 108,8. Si bien es el porcentaje más alto en lo que va del año, no resultó sorpresivo ni para el oficialismo ni para la oposición. El ministro de Economía, Sergio Massa, puso en marcha un paquete de medidas para frenar el alza de precios que, por el momento, aguarda el visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Tras una reunión que se llevó a cabo el sábado y en la que participaron el equipo completo de Economía y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, se determinó la suba de la tasa de los plazos fijos del 91 al 97 por ciento. De esta manera, la tasa efectiva anual se sitúa en 152 po ciento, resultando más atractiva para que las personas inviertan sus ahorros en plazos fijos y no compren divisas extranjeras con la intención de evitar la devaluación de sus ahorros. Además, el BCRA podrá intervenir en el mercado cambiario a través de la regulación de los cambios MEP o mercado electrónico de pagos -donde se canjean diariamente bonos públicos, cuya compra es en pesos y su venta en dólares- y el contado con liquidación.

Ante ese escenario, el economista, docente de la Universidad Nacional de Jujuy y diputado provincial electo por el PTS Gastón Remy advirtió: “El tipo de cambio real multilateral (TCRM), al estar en 95,3 puntos, muestra cierto encarecimiento de las mercancías argentinas respecto de sus principales socios comerciales, lo cual adelanta un camino de presión devaluatoria, más aún en un contexto de crisis de dólares por la sequía y los problemas estructurales que llevan a que el BCRA tenga reservas netas muy escasas”.

El economista, docente de la Universidad Nacional de Jujuy y diputado provincial electo por el PTS Gastón Remy.

Otro de los recursos utilizados fue la aceleración del crawling peg -movilidad del régimen de cambio- a un 6,5 por ciento en abril. Esto, por un lado, agrega presión sobre los precios de los productos principalmente importados, puesto que las exportaciones se tienden a valorizar al precio del dólar blue. De este modo, al dar facilidades de pago con los programas Ahora 3, 6, 12 y 18 para bienes de fabricación nacional y dejar que el mercado regule al alza los precios de las importaciones, disminuiría la demanda de dólares.

El economista, dirigente de Unidad Popular y ex presidente del Banco Nación Claudio Lozano apuntó contra estas medidas: “Son una forma de procesar el ajuste en nuestro país deteriorando los ingresos de la mayor parte de la población, achicando el mercado interno de demanda masiva, desacelerando las ventas y estancando paulatinamente la producción, cosa que ocurre desde el último trimestre de 2022. No controlar la inflación es parte del objetivo de la política económica en el marco del acuerdo con el Fondo”.

Desde que Massa se encuentra al frente de la cartera de Economía, las negociaciones con el FMI tuvieron su foco en la acumulación de reservas en dólares del Banco Central para aumentar la capacidad de pago de la deuda externa. En la rueda de cambio de importaciones y exportaciones, la implementación de todas las versiones del “dólar soja” -cambio preferencial para una parte del sector agropecuario- fueron fundamentales para lograr varias rachas de saldo positivo.

Para el economista Claudio Lozano, estas medidas son “una forma de procesar el ajuste”.

Sin embargo, esto no resultó tan favorable para aquellas empresas que necesitaban dólares para importar. “El Sistema de Importaciones se aplica a todos los productos, cualquier demora o retraso en su aprobación genera pérdidas incalculables a varios sectores productivos y, en muchos casos, corta la cadena de comercialización. Esto último tiene mucha relación con que un porcentaje muy alto de los productos que se importan son bienes intermedios, materiales o insumos”, explicó Daiana Gómez, del Instituto de Capacitación e Investigación Aduanera.

Aunque el ritmo inflacionario ejerce una presión devaluatoria, el gobierno todavía no optó por esa posibilidad. En medio de un año electoral, con el armado de las listas en puerta y un operativo clamor fallido para la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, la oposición aprovecha para ganar terreno por derecha y por izquierda.

Desde la aparición de Javier Milei -precandidato de La Libertad Avanza- con la idea de la dolarización, hasta el Frente de Izquierda, que exige el cese inmediato del pago de la deuda externa: “Mientras seis de cada diez chicos estén en situación de pobreza, nadie puede darse el lujo de andar dilapidando lo que no tiene con el FMI, que tiene un mecanismo de endeudamiento para mantener enganchados a sus deudores por el resto de su vida”, argumentó Vanina Biasi, diputada nacional del Partido Obrero electa en 2021 por el FIT y a la espera de la rotación de bancas de la coalición de izquierda para acceder al Congreso.